
Tiene que ser duro de pelotas dedicar toda tu vida a la causa, jugártela un día sí y otro también, chupar trullo decenas de años, para al final, por culpa de un momento de lucidez, ser tildado de “traidor”. Tu y los otros cinco parece que lo habéis superado, previo paso por el purgatorio y penitencia debida. Obligados a doblar la rodilla para purgar vuestras penas, no os ha quedado más remedio que emprenderla con el nuevo objetivo-diana de esa izquierda abertzale que vosotros denomináis “de siempre”, con Aralar y, más concretamente, con Patxi Zabaleta.
Hace años ya, Piko, otro compañero tuyo de andanzas fue detenido por una estúpida fechoría sin importancia: intentó matar a Atutxa (de tu pueblo) hasta seis veces. A Dios gracias, no lo consiguió. El sujeto, que también está en el maco, es quinto mío. El primer año que no pudo acudir a la cena de quintos alguien propuso una colecta para enviarle a la cárcel lo recaudado. De diez, siete se opusieron. De eso hace ya ocho años
Hoy después de dos años y medio sin matar quizás la colecta fuera suculenta. A fin de cuentas este es un pueblo que sabe perdonar y pasar página. También vosotros, Piko, os habéis percatado de la situación “la incapacidad de potenciar la lucha armada y la imposibilidad de acumular fuerzas que posibiliten la negociación (…)”. Es decir, hablando en plata: admitís la derrota.
¿Y ahora qué? Pues a esperar que el Estado tenga piedad de vosotros, y os busque una salida digna. Nada de autodeterminación, ni socialismo, ni independencia ni gaitas. Esos objetivos “políticos”, de conseguirlos, será por obra y gracia del PNV. Y eso escuece más que la propia derrota. Los grandes enemigos de toda la vida (porque el Estado era enemigo militar), los del pueblo, los de la vivienda de enfrente; pues esos están ahora en primera línea de negociación política con el Estado. Hostias, Piko ¡qué dura es la vida!
A pesar de ello os quiero a todos en la calle. Necesito encontrarme con vosotros y charlar desde la perspectiva que nos dan los ya cercanos cincuenta. Estaremos en bandos distintos, pero posiblemente nos importe más el recuerdo de Bob Dylan, Lou Reed y Janes Joplin que la disputa política. Pero Piko, hombre, para librar el propio pellejo no es preciso descuartizar al vecino, por mucha inquina que se le tenga.
Bihotz-biotzez besarkada bat Piko, “Iñaki de Lemona”. Euskaraz ez idazteak badu arrazoi bat: orduan behintzat zuk eta nik gaztelaniaz egiten genuen.