Antes roja que vasca

En la entrevista que Berria ha realizado a JC Alli este domingo el entrevistador, I. Murua Uria, comenta en una breve introducción que Alli es locuaz tanto fuera (cuestiones del pasado) de los micrófonos como frente a ellos (el presente). Por eso que aceptaríamos gustosos un aparte en Mahai Jokoan sobre lo no publicado, al igual que en la entrevista a Imaz. A Juan Cruz Alli le mantiene en candelero la aritmética electoral. Sus parlamentarios le proporcionan la mayoría absoluta a UPN. Por eso continúa siendo alguien en la política navarra. Sólo por eso. Sus declaraciones, en cambio, son muy jugosas y de tomar en consideración.

«- ¿Se juega Navarra algo más que el cambio de gobierno las próximas elecciones? ¿Quizás el propio estatus?

– Como demócrata que soy —dicen que excesivamente demócrata— la garantía reside en la democracia. Nos guste o no, al final es el pueblo navarro quien elige. A nosotros no nos gusta que nos voten tan pocos, pero lo aceptamos. Si quienes pretenden poner en marcha la transitoria cuarta consiguen mayoría suficiente y el pueblo navarro, mediante referéndum, lo apoya, nosotros lo aceptaremos, nos guste o no. En todas las elecciones nos jugamos mucho. Nos jugamos la democracia ¿Que estas elecciones tienen un plus? Ese plus de peligrosidad surge cuando haya quien no se da cuenta a dónde nos quieren conducir algunos.

– Se refiere al PSN?

– Soy amigo de Fernando Puras y es de mi más absoluta confianza. De quien desconfío absolutamente, después de la experiencia de Otano, es del PSOE. Si a la estrategia partitaria del PSOE le conviene, para continuar en el gobierno, afirmar que se ha conseguido la paz, utilizará todos los recursos necesarios a tal fin. F. Puras no está, en modo alguno, a favor de la integración de Navarra en la CAV. El, como otros muchos en PSN, es navarrista. Su único problema puede ser que el PSOE le imponga algo que el no comparte. No tengo dudas de que, como siempre en su vida, actuará correctamente, y no admitirá posturas que violenten su forma de pensar.

¿Qué opinión le merece al propuesta de pacto que Sanz ha lanzado al PSN?

– No sería la primera vez. Es una fórmula impulsada por sectores muy conservadores de la sociedad navarra, por considerar que nos traslada a un equilibrio perfecto. Hace ya tiempo que lo dijo José Javier Uranga Santesteban «Ollarra”: “Urralburu será un ladrón, pero no es desconfiar en lo a la defensa de Navarra se refiere”. Que es tanto como decir que lo segundo (navarrista) justifica lo primero (ladrón). En Cordovilla continúan anclados en ese planteamiento ¿Sabe qué es Cordovilla?

– ¿Acaso el Diario de Navarra?

– No dudo de que continúan en la misma onda. Antes de que el PSOE se somete a los dictados del nacionalismo UPN habrá de sacrificarse por Navarra y aliarse con el PSN. Ese el mensaje de un importante sector. Si el PSN y los nacionalistas están en condiciones de constituir una alternativa, relevantes grupos de presión de creación de opinión pública en el mundo de la economía, de la sociedad y de la cultura, presionarán UPN para que se sacrifique, para que el PSOE no caiga en el juego de los nacionalistas. El anuncio de Sanz es señal de que ya ha recibido algún mensaje.»

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Halcones y palomas entre los obispos

Josep Pernau, en El Periódico de Catalunya:

El papel metafórico de los halcones y las palomas, válido para calificar a los políticos, es aplicable también a los miembros de la Conferencia Episcopal. En medio queda una mayoría que no es de una especie ni de la otra, pero que, a la hora de mojarse, generalmente apoya la línea dura. Así, los buitres se han salido con la suya en su pretensión de emitir un diagnóstico de España. Han llegado a una conclusión: están contra del Gobierno, como es natural. Dicen que la democracia española está mustia. ¿Que tendrá la democracia española?

Cuentan los prelados que mentalidades selectivas están utilizando sectariamente la memoria histórica para reabrir heridas de la guerra civil que ha- bían cicatrizado, con las consecuencias que son perceptibles ya: la reconciliación está amenazada y «la sociedad española vuelve a hallarse dividida y enfrentada».

Con permiso de sus eminencias reverendísimas y de los responsables de la cadena radiofónica episcopal, ¿acaso no contribuyeron casi todos los obispos de 1936 a la división y enfrentamiento de los españoles, en el conflicto que un cardenal catalán, Isidre Gomà, calificó de «cruzada»? Las heridas que se reabren ahora son de entonces, y muchas fueron causadas por armas que contaban con la bendición episcopal. El mismo brazo que bendecía adoptaba el saludo fascista para saludar al dictador.

Pero no miremos al pasado y preguntémonos también si algunos obispos actuales no han contribuido a la misma división. Son los que el año pasado asistieron con entusiasmo a manifestaciones contra las bodas gais, aprobadas por las Cortes soberanas.

O hay transparencia en los dos bandos o estaremos condenados eternamente a seguir igual.

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