Ni por su población, ni por su territorio son más que un muesca en el mapa. Sólo le pueden generar problemas, por eso de la extensión de la mancha de aceite, y por eso de cuestiones internas de los Estados miembros. Y, por un casula, de entrar al fondo de la cuestión, ya para entonces estaremos en otra onda, quizás en un gobierno PSE/PNV con Patxi de lehendakari. Es sólo una hipótesis. Nuestros asuntos debemos de solventarlos aquí, vis a vis con los españoles, presionándoles como haga falta, hasta que entren en razón. Si zanjamos lo relativo a la consulta y nos dedicamos a cuestiones electorales, dejando en manos del buen criterio europeo el tema de la consulta, estaremos otra vez en las de siempre: ni arre ni so.
¿Qué ofrecemos a los ciudadanos como gancho electoral? Seamos sinceros: los tenemos algo hartos ya con nuestras idas y venidas, con que amagamos pero nunca damos. Y, además, 30 años de Ajuria Enea. Sí es verdad que podremos recurrir al mejor balance económico respecto de España, o a que la posibilidad de López como lehendakari en los tiempos que corren acojone hasta a sus incondicionales. Con todo, no será suficiente. Y ya no cabrá otra apuesta más.