La lona

Agosto se nos escurre entre los dedos, se acaba el txuntxun y la lona que cubre las obras de la futura sede podría parecer un anacronismo. Más que nada porque las fiestas de La Blanca se acabaron hace dos semanas, de Marijaia sólo quedan las cenizas y para navidades todavía faltan unos meses. Sin embargo, quiero pedir que no se quite esa lona.

Que no se quite porque a algunos les jode. Que no se quite porque algunos ladran. Y si ladran, cabalgamos o por lo menos hemos iniciado el trotecillo.

Me suelo tomar algún cafetazo en las terrazas de la zona y por tener orejas tengo que oír sandeces como que esa lona “politiza las fiestas”. Va a resultar que exhibir tu anagrama y lanzar un mensaje de felicitación en dos palabras, según quién lo haga, es politizar. Los sociatas adornan su sede de Portal de Foronda con un logo bien tocho, ese del puño asfixiando una florecilla, y no por ello considero que la entrada a la ciudad por el norte esté politizada.

Desde el primer momento en que vi la lona me asomó una sonrisa y me pareció una buena idea. Podré  discrepar de la factura técnica pero prima la sensación de satisfacción. Algo tan sencillo como sacar la cabeza orgulloso y de propina felicitar las fiestas a todo perro pitxipata… me gusta. Pero a algunos les molesta, les molesta por ser de quien es, por estar escrita en el idioma en que está escrita, por recordarles que Gasteiz es algo más que curas, militares y adocenamiento centralista. Les molesta a algunos que  precisamente van de campeones de la tolerancia y doctores en libertades como la de expresión.

Que no la retiren. Por lo menos hasta que acaben las obras. Siempre habrá alguna fiesta de la que ir tirando. La próxima, Olarizu.