Las tres frases de Francisco Javier, en el día de la Rosa son: “Soy el lehendakari de todos”, «Estamos ganando definitivamente a ETA» y “El final de ETA está cerca”. López repite miméticamente lo que sus asesores le dicen; cuando va de libre, lo estropea. La primera de las frases es una auténtica tontería sin posible solución; López es un corruptor de la democracia, y es más consciente que nadie de que es un ocupa con malas artes, y de que sólo representa al 40-45% del cuerpo social de la CAV. Las frases segunda y tercera son más preocupantes, pues pretenden -los unionistas- erigirse en los notarios del final del ETA, quienes echen la firma de su desaparición/defunción. Si hacemos esa concesión al unionismo, será un error garrafal -de dimensión nacional- del abertzalismo, y, sobre todo, de ETA y de quien tenga ascendente sobre ellos.
El final de ETA le corresponde –aquí y ahora- al conjunto de Euskal Herria, a toda su gentes; a la inmensa mayoría que ha sufrido sus zarpazos, y a la minoría que ha creído en ella; a las víctimas de un signo y de otro. No a López, no a Ares, no a Rubalcaba, no a Rajoy, no a Zapatero. Quizás el pueblo español tenga también algo que decir, por la parte que le corresponde en el sufrimiento; no tanto el francés.
Hace ya unas semanas que Larrazabal hablaba de mayo como de un mes determinante; y más tarde Txelui Moreno abundaba en ello. No todo lo que se oye va en la misma dirección, pues los chismorreos a pié de calle cuentan que se necesitará más tiempo, que va más despacio de lo que parece.
El tiempo manda, y mucho. ¿Alguien se acuerda de la Declaración de Bruselas, de los personajes de nivel internacional que la apoyaron? Dentro de tres meses tampoco nos acordaremos de la Declaración de Altsasu o de Iruña. Ni siquiera de que Otegi continúa detenido; y otros muchísimos más. La inmensa mayoría de la gente no se pregunta las razones de su encarcelamiento. No entra dentro de sus preocupaciones cotidianas.
El tiempo corre, y su gestión es fundamental. López/Ares/Rubalcaba/ y sus asesores lo saben. Saben que la continuidad del unionismo -y su victoria- dependen de ser notarios del final de ETA, o de que, si no es así, continúen éstos con sus fechorías, pues los réditos son, en los dos casos, para los españoles. Ya lo decía este sábado en Berria uno de los cuatro sociólogos a los que entrevistaron: «abertzaletasunak berriro ere ezin asmatuta jarraituko du, eta, artean, unionistek elkartzeko guneak bilatu dituzte«.
El fin de semana teníamos dos posibles acciones de ETA: los detonadores aparecidos en el buzón de una jueza de Donostia y la nueva remesa de cartas de extorsión de ETA. El objetivo no declarado de quienes han dado tanta publiciada a la noticia es que ETA continúa a lo suyo. Puede que sí, pero no tengamos en cuenta que:
1.- Los detonadores eran industriales, y por lo que dice Ares, ETA jamás los ha utilizado.
2.- Patxi Zabaleta declara -no será a humo de paja- que no tiene constancia de ese envío, y que no tiene constancia de que las cartas sean ciertas y que «puede tratarse simplemente de una noticia falsa«. Claro que antes UPN declaró, por su parte, que «estas cartas ponen en su sitio lo que algunos interpretan como movimientos dentro de la izquierda abertzale«