En un alarde de recursos humorísticos del que, francamente (no pun intended), le pretendía desprovisto, el humorista frustrado y presunto arlequín Ignacio Oyarzábal ha considerado una «vergüenza» que el PNV, «en su conjunto», esté «abrazando, arropando y justificando a quienes, en este momento, están bajo sospecha de corrupción».
A continuación, la portavoz del Gobierno vasco y presunta consejera de alguna cosa, Idoia Mendía («una Mendía más no destacaría en el PNV, pero ya verás en el PSOE»), ha calificado este martes de «incomprensible» que el PNV haya recibido «con honores» en el Parlamento autonómico al ex diputado foral Alfredo de Miguel. Que conste que a ella la consideraba tan dotada para estos arranques como a su jefe, el Mubarak orensano.
Finalmente, ambos sujetos han prorrumpido en un histérico paroxismo de carcajadas que ha durado varios minutos, tiempo durante el cual se ha llegado a temer seriamente por su vida. «Su estado mental, sin embargo, no nos provoca ninguna duda», ha manifestado un responsable del equipo médico que les ha atendido.