Eñaut Zubikarai, el portero de la Real Sociedad, no jugará la próxima temporada en el Hércules. El club alicantino ha roto las negociaciones con el conjunto vasco alegando que no ha habido acuerdo económico para lograr la cesión del portero. Hasta aquí, la versión oficial, fría y aséptica.
La realidad, sin embargo, esconde un problema de fondo que no se puede tomar a la ligera. La posibilidad de fichar a Zubikarai había levantado ampollas en parte de la afición herculana como consecuencia de los antecedentes delictivos de su padre, Cándido Zubikarai Badiola, miembro de la banda terrorista ETA y condenado a prisión, precisamente en Fontcalent, por un delito de sangre: el asesinato de dos guardias civiles en septiembre de 1987.