Diríase que existe un Wall Street de la vileza humana, una bolsa donde se mercadea con acciones que van de la mentira al asesinato. Si hace 2.000 años la traición venía a costar en este mercado unas cuarenta monedas de plata, acaba de aparecer un Judas de nuevo cuño que tasa este valor en 40.000 euros. Me refiero a Ángel Lamelas.
Lamelas, hasta ahora máximo cabecilla del movimiento vecinal gasteiztarra, se ha vendido al PP por un cargo como asesor en participación ciudadana. Era un movimiento hasta cierto punto predecible con la agravante de que Maroto pretendía fichar a este sujeto como funcionario interino saltándose todos los principios de concurrencia, publicidad y méritos legalmente establecidos para este tipo de cargos. Sin un título superior que añadir a sus aptitudes como operario de una factoría de furgonetas, sin un mísero máster en participación ciudadana, sin un mínimo proceso selectivo, Lamelas se va a embolsar del orden de 40.000 euros brutos por tener la boca cerrada, cantidad que quisiera desglosar en base a las diferentes víctimas de esta operación.
- Traicionar a toda la ciudadanía, que interpretaba la labor de este generador de polémicas como la auténtica esperanza de la «indignación gasteiztarra» vendría a salir por 15.000 euros.
- Traicionar al conjunto de colectivos vecinales agrupados en la federación VVA (Vecinos de Vitoria y Álava) al entregarse al nuevo gobernante local después de haber embarcado a esas asociaciones en toda una serie de denuncias supuestamente apolíticas sale por 11.000 euros.
- Traicionar a toda la prensa local, que había hecho de Lamelas portavoz reconocido de la beligerancia ciudadana contra los principales proyectos de ciudad, siempre bajo la premisa de su carácter independiente, cuesta unos 8.000 euros.
- Traicionar a dos tercios de la Corporación vitoriana, a la que este tipo había asegurado por activa y por pasiva su nula vinculación al PP, vale 6.000 euros
Visto el detalle de la factura, podríamos decir que traicionar a la ciudad sale muy, pero que muy barato y Maroto habría cerrado una operación tremendamente ventajosa por cuanto que desactiva la posible contestación a su gobierno en una época de más que previsibles recortes a la calidad de vida vitoriana. Ahora bien, la jugada puede acabar saliéndole cara porque:
- rompiendo su cacareada doctrina de la austeridad, se gasta de golpe 40.000 euros en comprar a un asesor cuya competencia se desconoce, cuyas atribuciones están por definir y que tiene todos los boletos para convertirse en un hombre de paja
- además de derrochar pasta, pone en entredicho la labor de todos los agentes locales que llevan años trabajando en el campo de la participación ciudadana. Hay todo un departamento municipal (con técnicos y presupuesto) dedicado a este campo, el Síndico (carísimo e improductivo, por cierto) tiene entre sus atribuciones la de la participación, etc.
- desactivando la contestación del movimiento vecinal, la atención de la prensa volverá a centrarse en la contestación de la oposición política. Ya es hora de poner en su verdadero lugar a toda esa caterva de supuestos representantes del pueblo, presidentes de asociaciones vecinales cuya masa social se cuenta con los dedos de las manos que, de la noche a la mañana, se convierten en portavoces autorizados de barrios enteros, negociadores únicos y receptores de jugosas subvenciones. Aquí, mientras no se invente procedimiento mejor, el único procedimiento que otorga verdadera representatividad es el voto, no los seguidores de twitter, y la prensa debería regirse también por ese principio.
Que el movimiento vecinal gasteiztarra se desactiva en cuanto le ponen delante un plato de garbanzos no es nada nuevo. El unionismo lleva años y años camelándose a las asociaciones. Hubo quien pensó que, al calor de los nuevos residentes descontentos con las carencias de Lakua, Salburua y Zabalgana, podía surgir una nueva casta de líderes vecinales desprovistos de etiqueta política. Visto lo que ha pasado con Carlos Sevillano y Ángel Lamelas, espero que hayamos escarmentado de una puñetera vez.
Que curioso, desde hace unas semanas no se ven críticas en el blog de «Vecinos de Mariturri», todo son alabanzas al nuevo equipo municipal, hasta por las cosas más absurdas. Ahora se llega a acuerdos, ahora se hacen cosas por el barrio, ahora llegan los equipamientos y servicios. Ya decía yo, que cuando tanto acusaban los comentaristas a los administradores del blog de estar conchabados con el PP, por algo lo dirían. Algunos no tienen ni orecio ni vergüenza.
Yo no soporto este tipo de cosas. Parece que el apellido le va de cine.
«hay todo un departamento municipal (con técnicos y presupuesto) dedicado a este campo». Ese es el problema, que existe y que no ha hecho nada. Me sacarán estadísticas de reuniones y demás, pero conociendo como conozco el tema, no se ha hecho nada. No sé si este tio hará algo, pero lo mismo seguro que lo hace.
Parece que el señor Maroto a ideado una estrategia de desactivacion del movimiento ciudadano. Unos seguiran en la VVA creando mas y mas asociaciones fantasma para tener protagonismo en todos los barrios, mientras este «LIDER» gestionara las quejas y demandas de la ciudadania hasta que caigan en saco roto. Todo parece estar bien atado pero no cuentan con que quien trabaja todo el año y no es escuchado en el ayuntamiento usa la imaginacion para salir en medios y crear ese debate de tantos y tantos temas como los que que este personaje se apropio como la consulta del parque de arriaga.
Peio,estoy de acuerdo contigo, yo lo conozco de Montaje Bruto Mercedes y la verdad es que alli por la peña se ha mojado ya veremos si aqui hace lo mismo o solo esta para pasar el rato como la mayoria de los politicuchos de esta ciudad .También conocemos de la empresa UNI 2 a David Pina, concejal ahora de Bildu y la verdad es que tenemos un mal recuerdo ya que vendio a sus compañeros de la limpieza a la empresa en representacion de sindicalista liberado de USO para luego salir escopeteado de la empresa . Asi que ya ves en todos los sitios se cuecen abas.