Transcurridos cuatro días desde que el joven de 28 años Iñigo Cabacas Liceranzu resultara herido de gravedad en los incidentes acaecidos en la Avenida María Díaz de Haro, heridas que han resultado al final, mortales, se impone una seria reflexión sobre las causas que han dado lugar a esta tragedia y, sobre todo, sobre la responsabilidad que ha de atribuirse a quien ha truncado la vida de Iñigo.
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