APOCALYPSE NOW

Karlos Ormazabal

Ex diputado de Desarrollo Sostenible

Porque en su huida hacia adelante, la pregunta que se hace la Izquierda Abertzales no es “quién va a dejarme”, la pregunta es “quién va a pararme”. A falta de razón, imposición.

En el problema de los residuos, en Gipuzkoa nos encontramos en un momento similar al de la conocida película de Coppola, Apocalypse Now. La escena en la que los “amigos” americanos atacan desde los helicópteros a la población civil vietnamita bajo el atronador sonido de “La cabalgata de las Valkirias” de Wagner.

La mayoría de los guipuzcoanos (incluida gran parte de los votantes de Bildu) contempla atónita cómo quienes se presentaban abanderando la transparencia, la participación de la ciudadanía en las decisiones de temas que les afectan de forma directa, han comenzado a mostrar sus verdaderas intenciones. Y quien es quien verdaderamente manda en la “plural coalición”. La línea más dura de Herri Batasuna. Una vez han tocado el poder, se han quitado la máscara.

Garbitania Zero Zabor, la sociedad que crearon para el despliegue del Atez Ate es lo más opaco que uno pueda imaginar. Con ella, los ayuntamientos de Usurbil, Hernani y Oiartzun han creado su chiringuito (¿quién es el partido del negocio?), en el que han colocado a los suyos, … y no se creen en la obligación de dar explicaciones a nadie. Tan surrealista es la situación, y por lo que se ve tan necesaria la aportación de dineros públicos, que ayuntamientos y mancomunidades a las que pertenecen esos ayuntamientos piden, por separado, a Garbitania el mismo estudio. Un mismo trabajo, doble cobro. Garbia, bai, Garbitaniaren egoera!!!.

Ellos, que siempre han denunciado el “apartheid” político al que han estado sometidos por parte del estado español, se han encargado de aplicarlo a los habitantes de Hondarribia e Irun impidiendo, antes como ANV y ahora como Bildu, integrarse a través de la Mancomunidad de Txingudi en el Consorcio, el parlamento guipuzcoano en el tema de los residuos. Han creado el problema, que aceleren la solución.

Ellos, adalides de la participación ciudadana y de las consultas populares, cuando estaban en labores de oposición, niegan ahora la mayor. Por lo que se ve, la ciudadanía sólo y exclusivamente a ellos les confiere el poder absoluto cuando ganan las elecciones. Dicen que no son necesarias, ahora que gobiernan, que fue en las elecciones municipales y forales donde la ciudadanía les impuso el aura de la que ahora alardean. Ver para creer. Despotismo es el nombre que esa actitud tiene. Y no precisamente ilustrado. Pero tampoco tiene nada de extraño. Ya impusieron el Atez Ate en Hernani y Oiartzun. ¿Por qué iban a cambiar ahora? Siguen a pies juntillas las directrices de sus dirigentes. Hay que educar al pueblo. ¿Nos suena, no? ¿No aplicaban ellos la movilización contra lo que consideraban imposición? De aquellos polvos…

Usurbil es para ellos la referencia. Con un resultado favorable al Atez Ate del 55% en la consulta sobre el sistema de recogida. Por cierto, y por si cabían dudas al respecto, EAJ apoyó la consulta popular. Usurbil, el municipio desde donde se ven las obras de la incineradora y donde la sensibilidad sobre el tema es, con diferencia, la mayor del territorio.

Recientemente se presentó el despliegue del PaP en el territorio. No estaban presentes los alcaldes de los 34 ayuntamientos que, sin pasar la decisión por sus respectivos plenos municipales, componían la lista. Alguno de los que faltaban pero cuyo ayuntamiento figuraba en la lista ya se ha descolgado. Otros también lo harían, no me cabe duda, pero quien manda, manda. Y no hay peor enemigo que el que tienes en casa. Aún no hemos oído qué piensa al respecto Eusko Alkartasuna, uno de los partidos componentes de la coalición Bildu y que fue quien impulsó en su día el PIGRUG. ¿Será que les ha llegado que el que se mueve no sale en la foto?

Los guipuzcoanos que van a ver cambiados radicalmente sus hábitos (sí, cambio de hábitos, pérdida de intimidad, “recogedores” que controlan, a través de la basura lo que hacemos, control, en definitiva), quedan lejos del 60% del que hablaba en diputado y presidente del Consorcio de Residuos, sr. Alduntzin. Alduntzin convierte en problema aquello que ya estaba solucionado. Cierre de vertederos, dice, pero queriendo prorrogar el convenio con Bizkaia. Y ya le han levantado el dedo sus propios correligionarios de Igorre, a cuyo vertedero se destinan parte de los residuos guipuzcoanos. Muy tranquilos tampoco estarán sus compañeros, los presidentes de las tres mancomunidades con vertederos, ante la posibilidad de que tengan que ser solidarias per seculam seculorum recibiendo los residuos de la gran urbe guipuzcoana… cuyas alcaldías también son del mismo color político. Ellos se lo guisan… y unos pocos se lo comen. El marrón, se entiende.

Pues los vertederos tienen, así está recogido en los convenios para recibir las basuras que antes se vertían en San Marcos, la potestad de denunciar los convenios, que actualmente se están incumpliendo por parte del salvador Alduntzin. Que no tiene, ni tendrá, otra alternativa a la incineración que el vertedero. En Gipuzkoa o fuera de ella. Seguir llenando de basura nuestro subsuelo. O echar balones (y basura) fuera. Como siempre, en lugar de buscar soluciones, trasladar la responsabilidad a los demás. Incluso desde el gobierno. De momento vemos que su solución al problema de las basuras es hacerlas desaparecer. Bien mediante falsos datos sobre el Atez Ate, o enviándolas a Bizkaia, Nafarroa o Iparralde.

Todo indica a que el sr. Alduntzin tratará de, saltándose la legalidad (no le va a resultar sencillo modificar la ley de Residuos, de obligado cumplimiento) aplicar una moratoria de tres años. Hasta acabar la legislatura. Moratorias, suspensiones, … . Nunca soluciones. Pero los residuos de generan todos los días. En forma de domiciliarios, lodos de depuradoras, … y hay que buscarles una solución.

Suena la música de Wagner. La cabalgata de las valquirias. Con el puerta a Puerta y la crisis, la música, tratan de disimular la absoluta incapacidad que nos van a demostrar los próximos años en todos los ámbitos. Y que no van, precisamente, en favor del bienestar de los guipuzcoanos.

Porque en su huida hacia adelante, la pregunta que se hace la Izquierda Abertzales no es “quién va a dejarme”, la pregunta es “quién va a pararme”. A falta de razón, imposición.