Mienten

Carmen Gisasola, presa de la “vía Nanclares”

No queremos seguir dando vueltas al tema del Acuerdo de Gernika. Cuando se firmó aportaba una novedad importante: planteaba el tema de los presos y las víctimas en unos parámetros de sensatez que podían servir de marco de referencia para que los presos pudieran dar los pasos que en el marco legal entonces se exigían y poder empezar a salir de permiso, en tercer grado… Pero, por andar templando gaitas, se ha convertido en otra oportunidad perdida. Otra más.

En varias entrevistas realizadas en los medios de comunicación, algunos de los portavoces de los grupos del Acuerdo de Gernika decían que no ha habido veto a nuestra adhesión. Mienten.

Pello Urizar decía que no había veto, que el problema era que al Acuerdo de Gernika se habían adherido grupos políticos o sociales y que nosotros lo habíamos solicitado a nivel personal. Eso es mentira. Urizar sabe muy bien que incluso antes de dicho acuerdo Rafa Larreina, su compañero de partido, estuvo visitándonos. Estaba de acuerdo con los pasos que estábamos dando. Después de hacerse público el Acuerdo de Gernika, volvimos a estar con él y le entregamos en mano el escrito de adhesión al acuerdo. Urizar sabe que lo hicimos como grupo, y como grupo enviamos los otros escritos de adhesión.

Patxi Zabaleta decía que no había veto y que el problema era solo de cómo escenificar la adhesión. Eso es mentira. Nosotros no queríamos escenificaciones de ningún tipo. Solo respeto y el mismo tratamiento que a las decenas de grupos de todo tipo que se adhirieron. Nada más.

Jone Goirizelaia decía que no había veto. Ella mejor que nadie sabe quiénes son los que imponen el veto. El colmo en este caso es que nos acusaba de buscar una salida personal que perjudicaba a los demás presos. Quién y Jone. Si en esta historia hay alguien que haya priorizado su situación personal, esa es Jone. En eso es un símbolo.

Durante el Proceso de Loiola, ella se incorporó a la nueva Mesa Nacional de Batasuna. Nosotros en la cárcel pensábamos: eso es positivo, si Jone ha aceptado, eso quiere decir que este proceso será definitivo, sino no se hubiera arriesgado. Pero, en cuanto el proceso se empezó a torcer, Jone dejó de acudir a las reuniones. Cuando detuvieron a sus compañeros de Mesa Nacional, en la reunión que estaban celebrando en Segura, Jone no estaba, claro. Y la dejaron en libertad a pesar de que, en palabras de sus propios compañeros, su nombre era el que más veces aparecía en el sumario. En esto, algo tendrán que ver sus delicadas gestiones en los pasillos de la Audiencia Nacional para solucionar su situación personal. Eso sí, cuando sus compañeros llevaban dos años en la cárcel, tuvo la delicadeza de enviarles una postal desde una isla en el Pacífico donde pasaba sus vacaciones.

Nosotros no hemos priorizado nunca nuestra situación personal. Cuando pensábamos que la lucha armada era necesaria nos implicamos sin andar salseando alrededor. Y cuando pensamos que había que dejarlo y dar otros pasos, lo hicimos por coherencia y por responsabilidad, para abrir un camino y buscar soluciones. No tenemos dudas de que nuestra aportación en este sentido es más positiva para el resto de los presos que la tuya, Jone.