Koldo Mediavilla, en su blog
Es como si Esteban Urkiaga, “Lauaxeta”, hubiera relatado el fin trágico de aquellos jóvenes gudaris asesinados en el monte San Miguel de Elgoibar. Apenas veinticuatro horas antes de su aciago final, los desdichados jelkides se habían desplazado desde Bilbao al frente de batalla. Los cuatro apenas superaban los veinte años. Su compromiso nacionalista les hizo alistarse como voluntarios en Euzko Gudarostea.
Uno de los primeros grupos jelkides en movilizarse contra la sublevación fascista estaba compuesto por 150 jóvenes reclutados en los batzokis de Abando, Barakaldo, Bilbao, Begoña y Deustu, que salieron para el frente en varios autobuses desde Begoña el día 24 de septiembre de 1936.
Llegados a Maltzaga, se dirigieron a Elgoibar desde quedaron ubicados en la posición de San Miguel. La madrugada del día 25 entraron en combate y sufrieron 10 bajas mortales: Miguel Palacios Gomez, Juan Agirre Bilbao, Paulino Beraza, Blas Larrazeleta, Juan Zabala, Ambrosio Etxeberria, Pedro Rodriguez Puig, Jose Txintxurreta Zamakoa, Felix Arbulu Bilbao y Jose Anzueta Mendiolea.
Los restos de Beraza, Larrazeta, Zabala, Etxeberria y Txintxurreta fueron exhumados en 1982 y trasladados al cementerio de Derio, mientras que los demás siguen en paradero desconocido. Es muy probable que los restos de los cuatro gudaris hallados en el Monte Ziarda correspondan a alguno de los diez hombres abatidos en el combate. Fueron los primeros mártires del Batallón Arana Goiri.
El pasado sábado, los restos mortales de cuatro jóvenes gudaris eran exhumados en un pinar de Ziardiamendi. La recuperación de los cuerpos la llevó a cabo la Sociedad de Ciencias Aranzadi y dos entidades locales organizaron un pequeño acto de homenaje.
Salvo un corto mensaje enviado desde la Sociedad Aranzadi a la Fundación Sabino Arana, informando del hallazgo de la fosa y la posibilidad de que la sociedad “Elgoibar 1936” organizara un sencillo acto de homenaje a los represaliados, el PNV, organización en la que militaban los cuatro gudaris, no tuvo más noticia del evento.
Por iniciativa propia, el sábado, 16 de junio, Joseba Egibar, presidente del Gipuzku Buru Batzar, Markel Olano, Gerardo Bujanda –histórico militante abertzale y ex gudari- junto a Juan Mari Atutxa y el diputado a Cortes Aitor Esteban encabezaban una reducida delegación del PNV en Ziardiamendi. Allí se encontraron con una nutrida representación de la Izquierda Abertzale, con el Diputado general de Gipuzkoa a la cabeza, Martin Garitano, su cuestionado diputado foral Alduntzin , ex presos con el “Arrano beltza”, una enseña de Acción Nacionalista Vasca…Toda una puesta en escena calculada que más allá de rendir honor a la memoria de los muertos parecía un acto político de tránsito de legitimidad (De los gudaris de ayer a los gudaris de hoy).
La memoria de aquellos gudaris pertenece al conjunto de los vascos, y su manipulación política supone un acto de carroñería insoportable. Su compromiso con Euzkadi, con la libertad, y, no lo olvidemos, su militancia activa en el PNV, les llevó a perder la vida en aquel paraje guipuzcoano. Al igual que Lauaxeta, fusilado el 25 de junio de 1937 en los muros del cementerio de Santa Isabel de Gasteiz.
El ejemplo de aquellos patriotas vascos enorgullece años después seguimos sus pasos en el Partido Nacionalista Vasco. Y, en la defensa de su integridad, quienes compartimos su militancia política no permitiremos que su memoria se vea manipulada ni utilizada burdamente.
Aquellos hombres, aquella generación, tomó las armas como medida de autodefensa frente a un acto de guerra. Y dieron su vida por la libertad y por la dignidad de un país pacífico, de sus gentes que se vieron atacadas impunemente. Jamás empuñaron arma alguna para imponer sus ideas o para aniquilar al adversario político. Ahí estriba la grandeza de nuestros gudaris. Que dieron su vida por Euzkadi frente a quienes asesinaron en su nombre.
Quienes hoy pretenden equiparar su lucha con aquella gesta deberían primero pedir perdón a este país por el sufrimiento causado con su violencia ciega. Y, en segundo lugar, reconocer el valor de aquellos hombres que lo dieron todo, hasta su propia vida, por la libertad bien amada.
En ese reconocimiento, el próximo domingo, día 24, a las 11 horas, frente al paredón del cementerio gasteiztarra en el que fue fusilado, los nacionalistas vascos del PNV recordaremos a Esteban Urkiaga, Lauaxeta, y a quienes como él sacrificaron su vida por la paz y la libertad de Euzkadi.
Cómo les odio cuando se atreven a cantar el Euzko gudariak con el puño en alto… Se lo podían meter por el orto.
Aquellos hombres si que eran gudaris. Dieron todo por su Patria, en defensa propia, y en situacion de guerra. Representaban el valor del trabajo, sacrificio, entrega y de una altisima humanidad. Nunca podremos devolverles con nada lo hecho por nosotros.
Y no volver a sacárselo en su puta vida
Hauek bai merezi:
Agur eta ohore, euzko gudariak!
Talibanes depredadores de simbolos que pertenecen a todo un pueblo. Autoproclamados de izquierdas, que han aplaudido, hasta con las orejas, las ekintzas de sus ”hermanos mayores”, aunque ello significase mandar al paro a trabajadores. (Lease 48 obreros a la p. calle por la ekintza con Barrenechea y Goiri, y es un ejemplo).
Que predican la independencia de este pueblo, pero que jamás han tenido en cuenta la voluntad mayoritariamente expresada por él. ”Abertzales”, que se han otorgado el derecho de quemar Euskadi, durante cuarenta años, por aquello de cuanto pero mejor. (Ahora entendemos su deporte favorito, la quema de los contenedores).
”Abertzales” que prefirieron a un Patxi Lopez de Lehendakari que a un Ibarretxe (es que era del EAJ). ”Abertzales” autenticos corresponsables de la actual situación de deterioro que sufrimos los vascos.
”Abertzales” que nos jodieron años y años con sus guerras de las banderas, pero que ahora rinden pleitesia al Rey español, y les importa un pimiento plantar la rojigualda en la puerta del Ayto. de Donosti. !Es que hay que cumplir la ley¡.
Auténticos figurantes que ahora nos quieren hacer creer que se han convertido a la religión de Gandhi. Señores, los conversos a la cola, y, menos etiquetas, y mas meritos para merecerlas.
A la puta chusma, ni puesto en la cola ni hostias. Los enemigos de Euzkadi, a tomar por el culo.