A pesar de la manipulación del Gara (vi al cuentarrelojes de Iñaki Iriondo pensando a quién descalzar porque se había quedado sin dedos para contabilizar el número de asistentes a la JELFEST de este año en Foronda), a pesar de los mindundis que pretenden esconder sus miserias políticas bajo la amenaza independentista, y en este sentido es significativo cómo tanto el PPSOE como Bildu-batasuna pretenden hacer de este debate, cada uno desde sus miserias personales, el eje central de esta campaña, la realidad es que la situación económica y la emergencia social van a ser el eje central y la razón principal de la movilización social hacia los colegios electorales el próximo 21 de Octubre.
Otra vez se produce la convergencia de intereses en el bloque antijeltzale. El PPSOE, por su parte, intenta volver al esencialismo Boer presentándose como los garantes de los privilegios de los colonos, alimentando el discurso del miedo, como si en Euzkadi la ciudadanía fuera estúpida y no hubiera experimentado en sus propias casas y familias cómo el Nacionalismo Vasco ha llevado a esta Nación hasta cotas de bienestar y protección social insospechadas cuando las crisis de los 80 y 90 hacían pensar que no había futuro, cuando el desmantelamiento de la industria pesada dependiente del Estado forzó la movilización de los trabajadores en defensa de sus puestos de trabajo y el futuro de sus hijos, mientras al autodenominada “izquierda” y “abertzale” se ponía mirando a La Meca, subordinada a los intereses de ETA y su única solución era que “todo se arreglaría con la independencia y el socialismo”, EAJ-PNV tuvo en solitario que reinventar toda la economía de este País para que los vascos tuviéramos un futuro.
Así construimos proyectos estratégicos que nos sacaron de las sucesivas crisis- Proyectos desarrollados desde la convicción de que era precisamente el impulso económico realizado desde las instituciones públicas, los planes anticrisis tan denostados por el pisamoquetas de Garitano, la planificación a medio y largo plazo con el objetivo de sentar las bases de la economía productiva que es la que crea empleo (y esto les debería sonar de algo a los pseudomarxistas de coche oficial y pancarta de fin de semana), lo que permite el desarrollo personal y familiar de los ciudadanos y lo que les proporciona dignidad.
Porque no hay nada que proporcione más sentido de la dignidad personal que ver cómo se es capaz de ganarse la vida y proporcionar bienestar y un futuro a sí mismo y a la familia, algo que ignoran los artistas del voto subsidiado, los que creen que la economía no es más que dar una limosna sin preocuparse de crear las infraestructuras y las condiciones necesarias para crear empleo, los que pretenden maquillar las escandalosas cifras del paro mediante la temporalidad o los que simplemente viven en una burbuja de bienestar y pasan absolutamente.
En esto coincide el bloque anti-PNV: PP, PSOE y Bildu. Todos ellos pretenden focalizar la atención de estas elecciones en lo que les interesa. En pájaros y flores, cualquier cosa menos en lo que le interesa a la gente: la situación económica. No pasa un día sin que cualquiera de los tres se ponga de acuerdo en hablar de Catalunya, de la independencia o del “·cambio de modelo”. Discursos etéreos que pretenden esconder su inoperancia, su inutilidad y su falta absoluta de soluciones a la situación a veces dramática que sufren multitud de familias vascas.
No pienso perder el tiempo en comentar las tonterías a la desesperada que regurgitan los del PPSOE, como su última “ekintza” ante Sabin Etxea liderada por Alain Coloma, un auténtico irrelevante enquistado en el aparato del PSOE, viejo conocido en este Blog por tener el record de chorradas, pero la tercera pata del trípode antijeltzale, antivasco y antisocial que atiende por Bildu huye como de la peste de lo mismo con lo que se desgañita Iñigo Urkullu: “Es la economía, estúpidos”, la misma economía que ha llevado a multitud de personas asustadas por su futuro y el de sus hijos a recibir palos ante el Congreso español, y la misma economía que les lleva a volver a arriesgarse a que les apaleen otra vez.
“Es la economía, estúpidos”, porque es precisamente la economía lo que nos hace más Nación, más Estado y estar cada vez más cerca de la independencia, sin tener que esperar al “cambio de modelo”, o a que se lean el manual de Hugo Chavez.
Es la economía lo que hace que hasta el diario Haaretz hable de la factibilidad de la independencia total de Catalunya y de su irreversibilidad, por mucho que el gordo asqueroso e indocumentado de Pernando Barrena trate de dar lecciones en la Euskal Etxea de Barcelona sobre lo irrealizable que es la independencia o lo “caduco” de gestionar los impuestos.
Y es precisamente la economía lo que ignora completamente Laurita Mientegi, así como su propio programa electoral, programa en el que se aboga por la abolición del Concierto Económico y que, al parecer, ella no se ha leído.
Es la economía, panda de gilipollas, lo que nos hará libres, y no las chorradas de pájaros y flores. Por eso no quieren ni oír hablar de ella.
Pues se van a joder, porque de eso se trata.
Iñaki Iriondo me contestaba cuando yo escribía con otro nick y le hablaba de los cartones que él iba contando. Hoy, mucho tiempo después, sigue contando cartones.
Necesitan cartones, necesitan ser apaleados, necesitan ser víctimas. Sin palos, no son nada, Sin contar cartones, no son nada, sin estar en la cárcel, no son nada.
El azucarillo que se disuelve en el café caliente les representa. Y cuando se disuelve el primero, tienen más primos para disolverse.
Gentes que no tienen el menor reparo en manifestarse bajo la bandera española republicana, eso si, para guardar las apariencias, pero española. Lo que no haríamos nosotros nunca. Españolitos infiltrados, a miles, entre los primos de zumosol. Camisas pardas que no tienen el menor reparo en señalar anónimamente a los comerciantes de Gernika que ejercen su derecho a la democracia. Fascistas de tercera, caraduras de primera.
Con la independencia, se acabará el paro. Necesitaremos mucha policía para detener a tanto delincuente.
Pero hay que dejarles. Ellos solos se encontrarán con la economia y con el mundo real. Su gestión les enterrará con sus basuras.
Que no nos engañen.
Cuando tengamos la independencia, será duro convivir con estos fascistas.
Al final, lo joderán todo, igual que ETA. Militar, claro, de los poli milis, ni hablamos.