27 / 11 / 2012 (Izaskun Bilbao)
Comenzamos la semana comprobando como otro sector más, en este caso el sector lácteo, sufre la crisis con toda intensidad. Lunes y martes no ha sido fácil llegar a la oficina. La plaza de Luxemburgo estaba ocupada por ganaderos venidos de prácticamente todos los estados de la Unión protestando no solo por el precio de la leche sino también por el funcionamiento del mercado y el sistema de comercialización de este alimento básico.
Creo que hay que poner coto, alguna vez, a la especulación que se hace con los alimentos de primera necesidad. Creo también que no es justo que la intermediación, cobre más por su trabajo, mucho más, que el productor por el suyo. Y finalmente me revelo ante el hecho de que el consumidor sea el pagano final de esta cadena sea el consumidor que no acierta a comprender el precio que paga por el producto visto el que le pagan al ganadero. Me quedo con nuestro modelo en el que el funcionamiento cooperativo y la participación real de buena parte del sector en el proceso de transformación y comercialización me parece que toma la dirección correcta. Utilizar fondos públicos para ayudar a estos objetivos es una buena política. “Desinvertir” como ha hecho el actual gobierno poniendo en riesgo esa forma de hacer, me parece una irresponsabilidad.
Escribo porque quedaron pendientes de la semana pasada un par de asuntos que, tras las elecciones catalanas cobran plena actualidad. El jueves y viernes debatimos y votamos en Estrasburgo un informe sobre la ampliación de la Unión que os invito a que leáis. Una vez más me ha dejado atónita la resistencia que tienen los actuales mandatarios europeos para identificar hechos meridianos para casi todos, afrontarlos con un mínimo de valor y determinación e ir construyendo esa federación en que muchos esperamos que se convierta Europa. Si tenéis mucho interés desde aquí podéis ver el debate completo
Y es que en este informe, con el referéndum de Escocia con fecha concreta para celebrarse, con la iniciativa catalana que no parece que vaya a abandonarse y con otras cuestiones abiertas que pueden dar lugar a procesos similares, se rechazó de plano siquiera discutir una enmienda nuestra en torno al asunto de la ampliación interna.
Europa tiene como objetivo básico crecer, ser cada vez más sólida y prospera y profundizar en los valores de la democracia. Todos esos valores de la Unión Europea se ratifica en este informe sobre la ampliación. Los comparto.
Quiero además unos Estados Unidos de Europa, una verdadera federación en la que el gobierno europeo sema la suma de las adhesiones voluntarias de los pueblos de Europa. Quiero gobernanza económica y supervisión financiera. Y un presidente elegido por las y los europeos directamente. Lograrlo requiere crecer hacia afuera, pero además hacia adentro. Y eso es incompatible con la expulsión de personas que quieren seguir siendo ciudadanos de la Unión y que forman sociedades que cumplen todos los requisitos para seguir siéndolo. Hay naciones en Europa más prósperas y modernas que muchos estados miembros, con nítidas identidades económicas, lenguas y una historia propia en muchas ocasiones intensamente europeísta. Es nuestro caso. A muchos les irrita que lo recordemos, pero es verdad que mientras en las escuelas Franquistas se entrenaba a las personas en la intolerancia y el fanatismo, se les orecían versiones adulteradas de la historia, se les ocultaban crímenes contra la humanidad cometidos por el dictador y hasta se les “españolizaba” como diría el ministro Wert impidiendo el uso de lenguas propias en la escuela, etc, etc. etc. nuestros máximos representantes, José Antonio Agirre ó Francisco Javier de Landaburu trabajaban en los Nuevos Equipos Internacionales junto a De Gasperi, Adenauer o Schuman. Lamentable que los herederos de aquellas atrocidades pretendan hoy encima darnos lecciones sobre democracia.
Lo cierto es que algunas de estas naciones han encontrado una forma de representación satisfactoria en determinados estados. Otras no. La Democracia sirve para resolver problemas. Y este es uno de ellos. Un problema político que necesita diálogo y acuerdo, no imposición y mucho menos amenazas. Acostumbrémonos a abordar la realidad, porque el tiempo demuestra que de nada sirve huir de ella.
Y esa es una buena lección después de lo ocurrido en Cataluña. Las personas, la gente, las y los ciudadanos han hablado. Es obvio que el President Mas que nos visitó en este blog recientemente no ha salido bienparado de esta aventura. Pero no es menos cierto que ha ganado con rotundidad las elecciones y que una inmensa mayoría absoluta del Parlament sigue apostando por replantear la relación de Cataluña con España. Me estoy aburriendo de leer que Mas debe entender los resultados. En España no escucho a casi nadie, sin embargo, abogar por un entendimiento más cabal de lo que ha ocurrido. Porque en la prensa internacional, el nada sospechoso Financial Times, evade la lectura local del asunto y va directo al grano: “Una mayoría abrumadora reclama encarecidamente el referéndum por la independencia de Cataluña”. Esas sumas, por mucho que le disgusten a rajoy siguen ahí y su obligación es considerarlas como lo que son: una cuestión política de primera magnitud que no puede despacharse con dos lugares comunes.
Nosotros, mientras, a lo nuestro, con nuestro camino y la seguridad y garantía de haber acertado hace más de treinta años cuando apostamos por el Concierto Económico, los derechos históricos y una fórmula jurídico- constitucional que nos permite seguir soñando con crecer en autogobierno y seguir, a la vez, teniendo un papel protagonista en el desarrollo de Euskadi.
Pero la semana pasada la dedicamos también a otro tema de actualidad en Euskadi, el fracking, la técnica de explotación del gas no convencional (gas de esquisto) Aquí también, como partido lo tenemos claro.
Hemos querido apoyar una idea muy clara: NI EXPLOTACION, NI EXPLORACION con ninguna técnica, llámese Fracking o llámese como se quiera, si no garantiza el cumplimiento de la normativa medioambiental y si no respeta los rigurosos estándares de protección de los bienes ambientales. Europa necesita fuentes alternativas de energía pero también está comprometida con un modelo de desarrollo sostenible. Las reservas de gas no convencional son hoy una oportunidad, es verdad. Pero para que Europa lidere la investigación y la aparición de tecnologías que permitan explotar este recurso sin poner en riesgo el medio ambiente. Hasta que no se supere la tecnología conocida: ni exploración ni explotación.