Vergüenza nacional en Anoeta

Quince Ertzainas heridos, uno de ellos con una puñalada en el glúteo. El partido Euzkadi-Bolivia suspendido por el lanzamiento de bengalas desde el gallinero donde los fascistas se amparan en la masa, como buenos cobardes que son. Nulo respeto al protocolo, insultando los himnos nacionales de Bolivia y Euzkadi. Sillas arrancadas y arrojadas a la pista de atletismo, petardos, bengalas y material pirotécnico introducido en el campo por contenedores, por no hablar de armas blancas.

Y ni siquiera diez mil espectadores en las gradas. Ese es el desgraciado balance del partido Euzkadi-Bolivia de ayer.

Pero si esperpéntico fue el comportamiento de los camisas pardas de la autodenominada “izquierda” y “abertzale”, la misma con la que los socialistas se están acostando desde la mañana siguiente a su fracaso electoral, no lo es menos la reacción oficial emitida por la voz ahora mismo más autorizada de ese grupo de extrema derecha que provisionalmente se denomina “eHBildu”: La culpa de todo la tiene la “Ertzaintza de Urkullu”.

Que cerca de un millar de camisas pardas, puestos hasta arriba de toda clase de substancias, con mono de kale borroka se hayan comportado como energúmenos y provocado los incidentes más graves de que se tiene noticia desde que la Selección de Euzkadi juega partidos internacionales (y hay que remontarse a los años 30 del pasado siglo para el cómputo), es irrelevante. Para Joseba Permach para evitar incidentes hay que dejar que se produzcan incidentes, siempre y cuando esos incidentes los provoquen sus cachorros camisas pardas, claro está.

Es decir, Joseba Permach acusa a la Ertzaintza de defender el orden público, la seguridad de los asistentes y el normal desarrollo de lo que tenía que ser un partido de futbol internacional.

A Joseba Permach, y por cobarde omisión, a todos y cada uno de los cargos, cuadros y dirigentes de Bildu, la actuación de sus cachorrillos le parece correcta, pero la de la Ertzaintza, jugándose el tipo ante mil energúmenos de extrema derecha “no estaba justificada”.

Claro que no, es que este individuo está acostumbrado a justificar asesinatos a sangre fría, normal que lo de ayer le parezcan minucias.

Pero a la hora de buscar y señalar culpables de la vergüenza nacional que nos hicieron pasar a todos los cachorritos drogadictos de Bildu, hay que mirar más lejos.

En primer lugar, la nota de prensa del Sindicato Esan es espeluznante. La organización del partido, a cargo de la Real Sociedad de Futbol, puso en peligro la seguridad y la integridad física de los asistentes y de los jugadores puesto que la seguridad privada del estadio de Anoeta impidió que la Ertzaintza llevara a cabo el dispositivo habitual en cualquier partido de futbol, permitió el acceso al campo de personas con material pirotécnico prohibido e incluso armas blancas –navajas-, se buscó conscientemente la impunidad de los radicales violentos –probablemente porque en su mayoría eran integrantes de la Peña Mujika- y, cuando ya no hubo más remedio y la situación se desbordó, se envió a 14 Ertzainas sin el equipo adecuado, indefensos y desbordados, a enfrentarse a un millar de violentos, borrachos y drogados –y de esto hay testigos- con el consiguiente saldo. Esto es demencial, y roza no ya la imprudencia temeraria, sino la colaboración necesaria con los causantes de los incidentes, pues desde los responsables de seguridad del estadio de Anoeta se buscó ayer la impunidad de los radicales, hicieran lo que hicieran.

Pero no nos quedamos aquí, no. Otros a los que hay que pedirle cuentas, si bien no por los incidentes, es a los responsables de la Federación Vasca de Fútbol, pues fue gracias a su decisión de que el partido se jugara en Anoeta, estadio que hace ocho años juraron que no albergaría más partidos de la Selección de Euzkadi debido a la nula respuesta del público y que ayer una vez más demostró con sus escasos 10.000 espectadores que no merece que la Selección Nacional Vasca se moleste en jugar en dicho escenario. Ayer por la tarde, dos horas escasas antes de empezar el partido, estaban regalando entradas por distintas localidades de Bizkaia ante los alarmantes números de venta. Un error es un error, pero insistir en él es de estúpidos.

Como lo es también, y esto es mucho más grave, el haber permitido que la autodenominada “izquierda” y “abertzale”, a través de su marioneta política ESAIT boicoteara durante años este partido de la Selección Nacional de Euzkadi, con la excusa del nombre, pero con la intención de apropiarse, manipular y, en suma, utilizar y mangonear a ésta y a la reivindicación de oficialidad de las Selecciones Vascas por puros y egoístas intereses políticos. De ahí el boicot activo de ayer, de ahí el intento de reventar un partido de una selección que no consideran suya, de ahí que se pitara y denigrara el himno nacional, pues lo consideran tan poco suyo como este país que es nuestro y de casi todos –ellos mismos se han autoexcluido- y que se llama Euzkadi. Por eso su único interés era montar incidentes para publicitar sus reivindicaciones particulares.

Y esto es culpa de la Federación Vasca de Fútbol, o más bien de sus representantes que ni tuvieron en su momento ni al parecer tienen ahora los arrestos suficientes como para plantarse ante la imposición de unos totalitarios y unos jugadores-marioneta manipulados y defender los derechos de la totalidad del Pueblo al que dicha Selección representa.

Cedieron ante el nombre, cedieron ante el boicot, cedieron ante todo y a cambio esto es lo que han obtenido. Ya va siendo hora de dejar de ceder.

Y me dejo para el final, aunque ya lo he apuntado más arriba: Joseba Permach ha marcado la pauta de justificar a sus angelitos, pero al parecer alguno de entre los suyos no se ha enterado a tiempo, pues anda diciendo –no porque sientan vergüenza, pues de eso no tienen, sino porque se ha dado cuenta de que políticamente les perjudica- que los “gudaris” de porro de hachís en ristre, reivindicación por los presos estentórea y consignas surtidas propias de la “izquierda” y “abertzale”, milagro, no son de los suyos, sino que deben ser Ynestrillas y sus amigos disfrazados. Estos son los principales culpables y responsables últimos de estos y otros incidentes, nuevo tiempo ilusionante o no, pues ellos se han dedicado durante décadas a organizar, jalear, financiar y justificar a su propio grupo paramilitar. Por eso Joseba Permach les justifica, porque no puede hacer otra cosa, y por eso los demás cargos de eHBildu callan como meretrices, porque no pueden desdecir a su jefe supremo.

No sé, la verdad, qué concepción de país tienen estos impresentables, pero no es la mía ni la de ninguno de los alderdikides y alderdizales. Ni la de la aplastante mayoría de los vascos, abertzales o no. Puede que sea la de los socialistas, pues bien encamados que están ahora con Permach y los suyos (y Rafaela, por muchas denuncias que me pongas la realidad es la que es y no la vas a poder ocultar), hasta el punto de que se felicitan mutuamente en Twitter, pero no es la mía.

Y a mí no me apetece nada levantarme un día y encontrarme en Korea del Norte, aunque a determinados dirigentes del PSOE parezca no importarles.