Como decíamos ayer…

Un escorpión, a la orilla de un río, se encontró con una rana. El escorpión le pidió a la rana que le cruzase el río subido a su espalda. La rana, que no las tenía todas consigo le respondió “¿Pero no me picarás?” El escorpión le aseguró que no, que lo único que quería era cruzar el río. La rana acepto y  el escorpión se subió a su espalda, pero cuando estaban en mitad del cruce del río, el escorpión le picó. La rana le preguntó: ¿Por qué lo has hecho? Ahora moriremos los dos”. El escorpión le respondió: “Qué quieres, está en mi naturaleza, soy un escorpión”.

Es inherente a la naturaleza del escorpión atacar incluso a quien le hace un favor, como es inherente a la naturaleza de la autodenominada “izquierda" y “abertzale” reproducir miméticamente los comportamientos de lo peor del estalinismo de cuyas fuentes beben.

Es el caso de Bergara, donde su propio alcalde vitupera, insulta y amenaza a 4.000 de sus vecinos tildándoles de “ovejas negras” por el crimen capital de oponerse a sus cacicadas con el PaP. Y, lo que es peor, alienta a sus cabezas rapadas camisas pardas a que presionen de la forma más miserable a quienes no le bailan el agua y se oponen al pelotazo batasuno de Garbitania.

No es que no hayan superado los tics del ”centralismo democrático”; no es que el alcalde de Bergara sea una anomalía en ese “remanso de paz” que nos quieren vender para camuflar su fracaso histórico, no. Lo peor es que demuestran día a día que esa pátina cosmética con la que se quieren camuflar no es más que la fantasía de una niña de cinco años jugando a ser su amatxo con el maquillaje de la Señorita Pepis, y que su naturaleza de escorpión sigue incólume.

La “IA”, se camufle como se camufle, tiene la naturaleza de un escorpión: hagas lo que hagas, aunque trates de ayudarla, al final te acabará picando porque para ella es un comportamiento compulsivo, es lo único que sabe hacer y es la dinámica en la que se encuentra cómoda. Y lo hace porque no es más que una secta destructiva que se cree poseedora de la verdad absoluta, una secta de iluminados para la cual el fin siempre justifica los medios, la mentira es un arma revolucionaria y la propaganda y el pancarterismo su único bagaje político.

Sortu, Bildu, Batasuna basan en la mentira y la agresión fascista su praxis política. No saben hacer otra cosa y, si no les paramos los pies, reforzaremos esos comportamientos nauseabundos, pues existen en este planeta cosas con apariencia de personas que sólo entienden un lenguaje, que sólo te tienen respeto si les paras los pies y que no merecen la más mínima confianza.

Como decía Confucio: “Si respondes al mal con el bien, ¿cómo responderás al bien? ¿Con el mal?” Y como dice Lorth Needa: “Si no respondes con el ojo por ojo, al final el único que acaba con problemas de visión eres tú, y encima el otro hijoputa se descojona”.

Si pasamos por alto su naturaleza venenosa de alimañas, si les reímos las gracias, si les permitimos un palmo de terreno, acabaremos infestados de ladillas.

Y será culpa nuestra.