Albert Rivera, líder de Ciudadanos (antes conocidos como Ciutadans) ha denunciado la ley de consultas catalana. Una ley que permite a la ciudadanía, en base al estatut recortado por el constitucional (cámara legislativa de tercera lectura, parece), el mismo artículo que Andalucía (que no fue recurrido por el PP, sino apoyado, ni objeto de recogida de firmas por dicho partido por todas las Españas) … no le gusta. Y ha votado en contra. Se podrá decir lo que se quiera, que esta ley de consultas es ilegal, inconstitucional, que lleva al separatismo, al independentismo, y que además, hasta engorda. Pero la verdad es que ir contra esta ley de consultas es ir contra la democracia, ir contra el sentido común, y apostar por una vía totalitaria para resolver los asuntos públicos. Todo para el pueblo, pero sin el pueblo. Muy ilustrado.
La ley de consultas catalana ha concitado el acuerdo y apoyo de CIU, ERC, PSC, IpC y las CUP, total de 106 votos, 28 en contra y una ausencia, del total de 135 diputados. El nivel de acuerdo es elevado. Aunque claro, en el Parlament el Estatut salió con 120 parlamentarios a favor, todos menos los 15 escaños entonces del PP. Y pasó lo que pasó. Que algunos, el PP en concreto, son de los que piensan que si el consenso no les incluye a ellos, no es consenso. Y aunque en Catalunya sean pocos y nada influyentes, usan sus votos en el resto de las Españas para aplastar lo que no ya la mayoría, sino casi la unanimidad del pueblo catalán pueda decir. Y es que de decir estamos hablando. De una ley para consultar más a menudo al pueblo.
No es como para entrar en el detalle, pero está claro que la Constitución Española de 1978 si permite la participación en política más allá de cada 4 años, que permite la consulta no refrendataria, e incluso un referéndum de secesión. Porque el único hecho indiscutiblemente inconstitucional sería … la declaración de independencia. Hasta ese paso final, todos los demás, serían perfectamente legales, y perfectamente democráticos. Ahora bien, está claro que para que haya consultas, en plural, debe haber una sociedad con una elevada conciencia de sí misma en el plano individual y colectivo, pero, aunque no es el caso, no es necesario para el propósito del desarrollo de esta Ley: caminando se aprende a andar.
Una de las mayores equivocaciones que se puede tener sobre este caso de la Ley de Consultas, es quererla confundir y equivocar con LA consulta, en singular, sobre el tema de la soberanía de la nación catalana y su posible futuro como estado, o no, y como estado independiente, o no. Porque, al igual que los suizos, italianos, estadounidenses y otros, porqué no se va a poder aceptar que se pueda consultar sobre planes y proyectos concretos a nivel de barrio, ciudad, comarca … o sobre temas controvertidos, importantes para toda la sociedad? Es avanzar en derechos ciudadanos, en participación política. Y, vale que el PP se oponga, pero … que hace Ciudadanos ahí? Es que quieren hacerse pasar por franquistas como el PP? Es que el único interés que tienen los acólitos de Albert Rivera en la vida (política) es heredar los votos españolistas que pierda el PSC y todo aquello que el PP pierda en todos los frentes en los que lo está haciendo? Es importante saberlo, y revelador. Tanto como querer comparar una manifestación de casi 2 millones de personas con otra de 3500 personas. Y nutrida, principalmente, de colectivos españoles de extrema derecha.
Consultar es democracia, Consultar es libertad, Consultar es participar, Consultar es implicar … y hay gente que no le gusta la consulta que patrocina la mayoría de 2/3 del Parlament. Una posible, eso si, de ese gran árbol que es la ley de consultas, como bien entendió el PSC, y que por eso la ha apoyado, y por ello, ha sido acusado por Rivera y Ciutadans de traición. Ah, por cierto, una Ciutadans cuyo cabeza de lista en las europeas, el polifacético y cosmopaleto Javier Nart, tuvo un padre que tenía una cuenta en suiza con dinero que sacó de aquí (de Bilbao, supongo) por miedo a la banda terrorista cuyo nombre prefiero no acordarme … sin caer en la cuenta lo obvio: que se hubiera llevado el dinero a una cuenta en Cartagena de un banco puramente español. Y luego hablarán de Pujol. O Jordi Cañas, imputado en delito fiscal … así cualquiera pontifica sobre el Bien y el Mal. Si no les gusta el decreto de la consulta sobre la doble pregunta, que lo critiquen, que lo recurran, pero ese hecho. No de la que emana. Eso es ruin, traicionero, y muy antidemocrático.
Mariano Rajoy irá a China pronto. El PP tiene un acuerdo firmado por Cospedal con el Partido Comunista de China. Dejando de lado si el PCCh se ha vuelto de centro progresista o si el totalitarismo del PP va buscando nuevos horizontes, tras asumir, en parte, el bolivariano (si, por mucho que acusen a Podemos, es el ministerio de defensa español, dirigido por un arenero como Nart, quien sigue vendiendo armas al régimen bolivariano, que sin duda usa para reprimir a una oposición a la que el propio PP da premios … delirante! De ahí que el secretario ejecutivo de la MUD dijera que el único apoyo verdadero que tienen en Madrid es … Iñaki Anasagasti), será cuando, probablemente, entre en vigor la Ley de Consultas, que será recurrida por un consejo de ministros extraordinario en su ausencia … y este hecho debe ser mostrado como tal al mundo, como lo que es: el intento de un estado, el español, de que no haya ningún tipo de consulta de ninguna clase. Que aborrecen cualquier democracia directa. Y que pasan del pueblo. De todo, el que sea. Empezando por el suyo.
Margallo, el ministro de exteriores de España, deberá lidiar este toro. Y es importante y pesado. Hace unos días dijo que no quiere que le toquen un sólo centímetro de su España. En singular. Dijo bien. La suya, la que lamina las diferencias a gorrazos. La que se olvida de que la Guinea Ecuatorial fue expulsada del territorio español, la que se olvida de que el Sahara era territorio español como Cuenca o Badajoz (al igual que la Guinea), que se olvida de la Polinesia Española, que se olvida de Olivenza, que se olvida de Gibraltar con tal de alabar la unidad del Reino Unido por el caso del Referéndum de Escocia haciendo una lectura no ya superficial, sino epidérmica de todo el asunto, por supuesto, en un vídeo pregrabado, que se olvida de las llamadas plazas de soberanía en el norte de África y se olvida de todo territorio español que lo sea de facto o de iure pero que no convenga o sea polémico. Pero no de «Vascongadas» o de Catalunya. Así es, esta es, la concepción territorial de lo español. Sin reparar en el artículo 10 de la constitución española de 1812, por ejemplo.
Obviamente esta historia no termina aquí. Dependerá de la fuerza y determinación democrática de los catalanes. Punta de lanza de la regeneración democrática del estado español. Porque, al final, la solución a este tipo de problemas se haya en las urnas: votando.