A raíz de la decisión del COI de incluir a 10 refugiados como elementos bajo bandera olímpica, hay una serie de consideraciones que merece la pena hacer. En este caso, pongamos, es la tercera opción, antes hay otras dos más razonables, como pueden ser o bien competir bajo el país de origen, pero con una salvedad pactada, o bien competir bajo la bandera del país de acogida, con la misma salvedad pactada. Es fácil. Se puede hacer. Y es que, en el fondo, lo que todo refugiado quiere, más pronto que tarde, es poder recuperar su país. Aunque esto no siempre sea fácil.
Se achaca a Europa el asunto de la crisis de refugiados. No deja de ser curioso que en el largo camino de los balcanes desde Turquía y Grecia, habiendo varios países considerables como seguros, muchos de esos humanos afirmaban querer ir a Alemania. Refugiado es aquel que por causas ajenas a su voluntad se ve forzado a salir de su casa, pero con la perspectiva de volver algún día. A su patria. En Siria hay una guerra civil, desde 2011, y sólo han aportado consuelo, refugio y dinero Líbano y Jordania. Donde están Bahrein, Kuwait, Emiratos Árabes, Arabia Saudí, Qatar y demás países del golfo regados por enormes cantidades de petrodólares y además obligados por uno de los 5 pilares del Islam que obliga precisamente a una solidaridad y empatía con sus hermanos en el Islám? Y no se diga que, como en el cristianismo, eso es relativo, porque tan importante es que supone la base de la dimensión social de todos y cada uno de los terrorismos de corte islámico en Oriente Medio. Es algo importante,real.
Existe un añadido a la responsabilidad de los países del golfo, y es que son los instigadores y sostenedores de algunas de las facciones que prolongan la guerra en Siria y en el entorno, incluyendo a Irak. Si Europa ha tenido una vergüenza ha sido la de no hacer todo lo posible por parar una guerra que no es buena para nadie, aunque tenga orígenes en la carestía de la vida, en la falta de víveres, la subida de impuestos y la privatización salvaje de ciertas empresas públicas, entre otros factores. Pero eso ya no se tiene en cuenta. Ahora prima sólo la geoestrategia, y en el fondo, es su guerra, son los árabes los que tienen que ganar o perder. Europa sólo puede y debe asistir, ayudar, como un agente externo. Y Rusia y los Estados Unidos, exáctamente igual. Y recordar que, como el niño que apareció muerto en la playa de Turkia era realmente originario de Kobani y era kurdo, obviado para no contar la historia de su heróica y martir ciudad de la Rojava, ahora se vuelve a ocultar que son precísamente los kurdos los que combaten en primera línea en Siria e Irak contra el terror del Daesh, y que sería a ellos a los que habría que apoyar en todo.
Es difícil hablar de refugiados, y no ligarlo a la emigración o inmigración,lo mismo que recordar que tras la segunda guerra mundial hubo hasta 16’5 millones de desplazados alemanes que salieron de sus casas en Polonia, Prusia, Hungría, Checoslovaquia, Rumanía y Yugoslavia para no volver jamás. Y es que la memoria ha de ser completa para ser tal cosa. A los refugiados hay que procurarles devolverles su país, para que tengan en el una vída próspera y feliz. Ese es el reto, primero del Islam. Y ahí es donde debe estar Europa, como un asistente, como un partenair, un aliado de la verdad, la justicia y la igualdad para los pueblos del mundo.