Seguramente sea un gran desafío encontrar un economista de los de título. Eso si, en España, en la actualidad, mientras se supone que se va saliendo de la crisis, como hace 15 años en la Argentina, en cada ciudadano hay un experto economista de los que lo tienen todo claro. Tanto … que ya han olvidado las cosas del pasado, porque el espacio de retentiva es limitado, y la vocación informativa actual, que hace que los ciclos de 24 horas puedan ser, en momentos, hasta largos, encadenan elementos deslavazados y es complicado hacer el recorrido o tracto completo de una historia para comprenderla íntegra. Vamos a ver un poco sobre indicadores y la novedad de la moneda virtual.
En tiempos de maricastaña (es decir, en los años 70 y 80 del siglo XX) había una cosa que se llamaba Producto Nacional Bruto. Que era? Pues, sencillamente, aquello que producían empresas de capital y accionariado del país, menos lo que producían las empresas extranjeras más lo que producían las empresas patrias fuera de sus fronteras. Puede ser una fórmula compleja, pero se podía calcular. Claro, dada la deriva de las empresas y su situación actual de complejidad, tal vez habría que trocear demasiado. Mismamente, el gobierno de Noruega (público) es recién nuevo accionista de Bankia (de la que el estado español se quiere desprender) a través de su fondo soberano de inversiones, producto de los beneficios de sus hidrocarburos. Así todo, se ha impuesto el PIB, Producto Interior Bruto. Todo aquello que se produce dentro de las fronteras y a correr.
Que puede indicar esto de la sustitución del PNB por el PIB? Pues que las economías nacionales no existen, sino un grado mayor o menor de interdependencia, de cruces de camino, en el que, sobre todo, el pequeño, ha de ser inteligente, y procurar, no sólo tener centros de decisión política, sino también económica, empezando por instituciones financieras, que, cual corazón del sistema, pueda bombear sangre al sistema. Y ya que vamos con eso, hasta 1869, fecha de la unificación moneraria en España, los bancos (como el Bilbao, el Vizcaya o el Santander) emitían moneda propia. Antes tenía el sustento en oro o plata. Ahora en el poder del estado que está detrás, y la emite, con su patrimonio y su PIB. El Bitcoin es un bluff, que seguramente, como otras similares, no desaparecerá. Pero, sin sustento, más que en operaciones de la deep web, clandestinas y encriptadas, no se sustentan sino en la credibilidad y la intangibilidad. Y aunque es su momento, también en economía se necesitan raíces para salir al mundo. Recordar que las palabras no son inócuas. Y recordar también porqué se usan. Sólo así podremos saber de que demonios hablamos cuando queremos decir lo que pensamos.