Marian Beitilarrangoitia es una honorable diputada del Congreso español por Gipuzkoa. Solitaria de su candidatura, tanto como lo es Odon Elorza desde el socialismo vasco. Y merece respeto en tanto que representa una serie de ciudadanas y ciudadanos de Gipuzkoa. Toda vez que la ausencia y prohibición deliberada en la constitución le impele, dada la ausencia orgánica del mismo en su formación, a desvincularse tanto de sus electores como de su programa, para representar al conjunto. Cosas de la política hecha en Madrid. Y conviene recordar como en 2011 Amaiur (esa marca con logo parecido a Merial) tuvo, en los 4 territorios forales, hasta 7 diputados (1 por navarra, junto al de Geroa Bai). En las siguientes elecciones esos escaños (y en buena medida, los votantes) se dividieron, entre 5 escaños para la nueva formación podemos y 2 para eHBildu. Cosas de la memoria, para entender la existencia del sub grupo formado por Marian, ex alcaldesa, y pata negra de la tradición de HB, y Óskar Matute Díaz de Jalón, proveniente de la escisión Alternatiba. Y que, juntos, sobre todo tras su innecesaria pero voluntariosa participación en la censura de Rajoy del 2 de Junio de 2018 (si, el año anterior participaron en la de Iglesias), parecen tener (o querer otorgarles) una dimensión mediática que difícilmente la aritmética de 2 escaños sobre 350, a priori, concede. Y por ello, quieren hacer política española en Madrid.
Se está extendiendo, o interesa a alguna partes concernidas, la idea de un cordón sanitario, al estilo de lo que las derechas están haciendo con las extremas derechas en Europa. Conviene recordar que en enero de 2017 se encontraron en Coblenza gentes como Gert Wilders y su partido neerlandés, junto con Jobyk húngaro (si, Orban es raruno, pero está dentro del Partido Popular Europeo, los pata negra del sector son otros), junto con Salvini (que de la mano de Ciudadanos intentó entrar en el grupo ALDE en su momento), junto con Le pen … y también estaba Santiago Abascal, en nombre de Vox. Y para ello propone una candidatura de país. Vasca? No. O no sólo. Dice desde el PNV hasta las CUP. Lo cual es divertido, porque no por autoproclamarse tal cosa, se es, y se pueden hacer políticas muy progresistas sin llevar etiquetas de izquierdas. Ese esquema, que en algunos países como Irlanda, Dinamarca o Finlandia carece de sentido, no siempre encaja bien algunas realidades. Y ese cordón sanitario sería de partidos, nacionalistas, gallegos, vascos y catalanes. Ese es el esbozo, al menos, de la propuesta.
Se habla de esa opción en tanto que supondría la superación de intereses partidistas. Lo cual es curioso, y se puede poner un ejemplo. En Marzo de 2018 se llegó a un acuerdo unitario en el Parlamento Vasco en el tema de pensiones, en parte ayudado por el manifestódromo, con epicentro en Bilbao, de pensionistas, que como principio, tienen perfecto derecho a elevar sus reivindicaciones a la esfera pública. Se llega a ese acuerdo, y, con posterioridad, en un porcentaje importante del contenido de ese acuerdo, inspira un acuerdo en Madrid que permite desbloquear la existencia de Presupuestos Generales del Estado en 2018, y abren una ventana de oportunidad al Pacto de Toledo, que es donde se deben dilucidar esos temas. Lo hizo posible el Grupo Vasco, las diputadas y diputados de EAJ-PNV en Madrid. Quien dirá que es partidismo habrá y lo ha dicho, pero en verdad, es una actuación unitaria en solitario, en defensa de un acuerdo marco parlamentario, táido desde la sede de la soberanía vasca, que ningún otro agente político, presente en el Congreso de los diputados, ha querido aportar como propio, para la solución de la problemática de las pensiones y las jubilaciones. Más allá de que, en lo apriorístico, en el artículo 18 y disposición adicional quinta en el estatuto vasco y en el artículo 54 del amejoramiento navarro queda bien claro, negro sobre blanco, la competencia foral sobre el régimen económico de la seguridad social. Por ello hay que poner en contradicción la idea de cordón sanitario con la vinculación que de ello se derive necesariamente una superación de supuestos intereses partidistas, actualmente existentes, más si cabe en la ausencia real de otros de dar cobertura y contenido a una agenda vasca en Madrid.
Es realmente interesante y apasionante saber para que va cada cual a hacer política a Madrid. Bueno, a cualquier institución. Ahí está el recuerdo de los sucesos del secuestro del Parlamento Vasco por los trabajadores de Nervacero en 1981 y la posición que tuvo HB y sus parlamentarios (la única formación que tuvo pluralidad de candidatas y electas en las primeras elecciones de 1980 fue EAJ-PNV). Para ellos era un parlamento vascongadillo. Y el Congreso, salvo para apoyar la moción de Censura de Felipe González frente a Adolfo Suárez (que sólo cuando estuvo decidido a dimitir se animó a dar el paso decisivo para la restitución de los Conciertos para Bizkaia y Gipuzkoa, negociado por Pedro Luis Uriarte Santamarina) ha servido, hasta reciente, para poco. Y cuando quisieron ir, como tras las elecciones de 1989, asesinaron a Muguruza, y dejaron herido a Esnaola, “incontrolados” de los GAL (pregunta puñetera, como victima del terrorismo, Muguruza ha tenido algún reconocimiento o placa en el Congreso?). Ir a hacer política a Madrid desde la pequeñez en comparativa de escaños de una Galiza o un Euzkadi (con 23 escaños, 8 Bizkaia, 6 Gipuzkoa, 5 Nafarroa, 4 Araba) es altamente difícil hacer valerlos. Un poco más puede Catalunya, por el peso demográfico, pero existiendo Valencia, Madrid o Andalucía, sería quimérico una influencia decisiva. Dejando de lado que los bloques nacionales no existen, toda vez que las fuerzas franquicia, con centro de decisión política en sus sedes en Madrid, logran escaños en GalEuzCat por medio de sus sucursales en Galiza, Euzkadi y Catalunya. Por lo que el enfoque idílico debe dar paso a una visión mucho más realista y apegada al terreno en la Carrera de San Jerónimo, una vez superados los dos leones, macho y hembra, que custodian sus puertas.
Ciertamente podría ser el caso que la confluencia señalada por la diputada antigua alcaldesa y homenajeadora, como es conocido, de los asesinos de los ecuatorianos Estacio y Palate, en el brutal atentado del 30 de Diciembre de 2006 en la T 4 de Madrid, y que, igualmente, son víctimas, Portu y Sarasola, de torturas dadas por un sector de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado que se encargaron del caso, se refiera a las europeas, que el 26 de mayo tendrán lugar, en 2019. Es interesante recordar como EA, Eusko Alkartasuna, siempre ha estado en el grupo ALE, vinculado con los verdes europeos (como la antigua Iniciativa de Catalunya). Aralar fue incorporada a este grupo en el entorno de las elecciones de 2009, tras la debacle vasca de EA. En 2014 la candidatura del conglomerado que luego sería Amaiur y luego eHBildu, puso a Josu Juaristi en el Parlamento Europeo. Donde fue ese diputado? Pues al grupo de izquierdistas y comunistas de la Izquierda Unitaria Europea, donde se encuadran los diputados españoles de Izquierda Unida y de Podemos, que nace a lo institucional en aquellas elecciones, en las que un tal Vidal Quadras se queda a un pelo de obtener escaño por la marca VOX. Es importante recordarlo porque al votante se le mostró la utilidad de su escaño en el marco de colaboración europea en grupos de penetración regional, regionalista o nacionalista, para ser desvinculado de inmediato en cuanto llegó Josu Juaristi al Parlamento Europeo. Es importante decirle siempre al votante la verdad, y no engañarle. Y dejar bien claras las preferencias. Y en este caso, sería para engordar una visión desde cierta izquierda, que en el caso de España ha derivado en la asunción de un cierto relato de lo nacional bien parecido al de cierta derecha que, como, explícitamente, Ciudadanos, transmuta la tradición a lo que el nacionalismo español crea y empieza a cristalizar desde la antiforal y antiespañola constitución de Cádiz de 1812. Ver el cuadro completo, y saber para que se hacen las cosas, y para que se va a los sitios, es fundamental.
Unir divide, estructurar multiplica. Como puede ser esto posible? Ejemplos hay muchos. Salvo muy contadas excepciones, y cuando los asuntos a manejar en el discurso sean muy limitados, la pluralidad de gentes de una sociedad, responde a estímulos y motivaciones muy diversas. Tienen intereses contrapuestos, y programáticamente pueden tener posturas muy diversas, por más que puedan congerver en puntos esenciales de reivindicación muy importantes. Y es por eso mismo por lo que los partidos de jubilados o de parados o de estudiantes son una quimera imposible, dado que la política real implica infinidad de temas, a tratar en estudio, en comisión o en pleno, donde es preferible una actitud grupal de facción política, respetando el contrato social pactado urnas mediate con los electores denominado programa electoral. Y ante eso es preferible, tanto a Madrid como a Bruselas, que cada cual reúna a sus votantes bajo un paraguas coherente y centrado en un programa, y una vez en las instituciones, se verá la oportunidad (o no) de llegar a según que acuerdos y con quien. Porque es mucho más importante, en el acuerdo entre diferentes, el contenido del mismo, los puntos del acuerdo, que el mero hecho nominativo de que el acuerdo sea con fulano o mengano. Hay que tener las prioridades claras. Y por eso, las listas unitarias, son un bien escaso, preciado, que debe guardarse para las ocasiones verdaderamente especiales y acuciantes, como lo pudo ser, en su momento, en Navarra, frente al omnimodo poder de una UPN (que la descomposición de Podemos en Navarra puede ayudar a traer de vuelta, si los electores no se percatan a su debido tiempo de quienes son los defensores más solventes del cambio en la comunidad foral). Fuera de eso, es complejo, complicado, y trae más complicaciones de las que soluciona.
Hagamos un poco de memoria y de historia. Hacer coaliciones, aunque no sean numéricamente muy significativas, en el número de electores agregados, la mayor parte de las veces, trae la anulación de alguna o algunas de las partes frente al resto. Un ejemplo válido puede ser el que pudiera contar Gaspar Llamazares desde su experiencia en la candidatura de IU Asturias, y respecto al pacto de agregación patrocinada por Alberto Garzón frente a la Podemos de Pablo Iglesias. Recuerden el papel que pudo tener Garzón en la negociación tras las elecciones de Diciembre de 2015 frente al de las siguientes de mediados de 2016 y el papel reservado por Podemos a IU en el Congreso con posterioridad. Pero podemos ver lo mismo en Aralar o EA. Una anulación de aquellos que siempre quisieron tener grupo propio, y que ahora se ven subsumidos indefectiblemente en la estructura de eHBildu. Y más en el caso de Aralar, que directamente se autodisolvió, al considerar que los objetivos de su separación original se habían cumplido, y se volvía a aspirar a la dirección del magma desde dentro del mismo. Y conviene recordar como las anulaciones, sin siquiera HB-Sortu por medio, en la Nafarroa Bai de 2010, en paralelo a la negociación de Josu Erkoreka (entonces portavoz del Grupo Vasco) e Iñigo Urkullu (entonces Presidente del EBB de EAJ-PNV), se abrió la ventana de oportunidad de ampliar la mesa a Navarra, incorporando una serie de abanico de transferencias posibles, lo que hubiera dado visibilidad a la propia barkos, cara a las elecciones forales del año siguiente. Se impidió. Desde dentro. Por intereses personales, partidistas. De quien finalmente fue candidato, en detrimento de la futura Presidenta de la Comunidad Foral. Y eso conviene tenerlo en la memoria como un baldón importante frente a los que proponen a lo loco y sin una seria y mínima reflexión eso de candidatura de país.
Hemos de recordar mínimamente que un poco toda esta reflexión de a vuelapluma, por llamarlo de alguna manera, y con no menor dosis de concesión a la diplomacia en la asunción del término, por parte de Marian, bebe de las consecuencias de la Contradicción Primaria y Secundaria del Marxismo. Y es que es todo un clásico. Dicho en breve, supone que la contradicción secundaria es cuando una nación sin estado permite, en sus circunstancias, que el proletariado y su vanguardia, acuerde cosas de país con la burguesía capitalista. Pero eso se ve subsumido en la contradicción principal o primaria que supone la unión de todas las vanguardias proletarias, de todas las izquierdas, en pos de la revolución mundial, y del socialismo y el comunismo, permitiendo el mantenimiento del status quo nacional actual, incuestionable, en pos de la defensa, presuntamente, de los trabajadores. Y de ese marco se derivan reflexiones sobre la inviabilidad de otras realidades alternativas, de derechas, dicen, y netamente burguesas, por lo que suelen llegar a decir que ningún nacionalismo puede ser de izquierdas. Y todo con una nomenclatura y unas estructuras más obsoletas que proponer el Steampunk como futuro de Apple y no para una película de anime o manga. Convendría no sólo saber de política, sino no dar al pueblo por tonto, y decirle siempre, no sólo la verdad, sino con términos precisos y exquisitos, transmitiendo la realidad de los hechos y de las voluntades. Y lo que está tras las propuestas, como es el caso.
Concluyamos, poco a poco. Una visión cerril, unitarista, en el sentido de una candidatura como la propuesta, tendría muy poco recorrido. Mucho más allá de los asuntos de los propios electorados, que no sumarían, dejando retazos por el camino, posiblemente en la abstención. Más allá de la capacidad o no de su aprobación por los órganos de dirección o las y los afiliados de los partidos concernidos. Mucho más allá de todo eso late el principio de que auto amputarse una manera de funcionar desde el punto de vista orgánico en las instituciones supone lisa y llanamente achicar espacios y traicionar al electorado. Si, supuso una traición dejar las opciones a los votantes de la nación vasca, especialmente en la CAV, entre EAJ-PNV y eHBildu, que trae, sobre todo HB-Sortu, una pesada y cargada mochila de prejuicios y de dogmas ideológicos, más allá de su propio pasado, de 50 años de inutilidad de Bat bitan zatitzen da, que como les dijo Azkuna en sus últimos días sobre la Tierra, en algún momento tendrán que explicar al pueblo si sirvió para algo, y poner negro sobre blanco con datos ese supuesto aporte a la construcción nacional. La ausencia de una tercera vía del nacionalismo vasco, democrático, de cariz liberal o socialdemócrata, ha supuesto un gran trastoque para los equilibrios parlamentarios, y para la capacidad efectiva para llegar a acuerdos, como se ha visto en la negociación de los presupuestos vascos de 2019. Tras el acuerdo de bases sobre el autogobierno o un proyecto de ley de Energía con miras a 2030, ligado al Cambio Climático. Si no se puede pactar sino con una parte, y se niega el diálogo con los demás, puede pasar el siguiente escenario. Que por un lado esté el Frente de Izquierdas y la periferia, con PSOE, Podemos y los demás regionalistas y nacionalistas, básicamente, los 180 escaños de la moción de censura, y del otro, PP, Ciudadanos y Vox, con dos bloques irremediablemente enfrentados, y sin diálogo, negociación y acuerdo posible, y que no sería la primera vez que sucede en la historia de España, con nefasto recuerdo para las consecuencias derivadas de esas elecciones generales celebradas en Febrero del año 1936. Hay que aprender a tener memoria y aprender a superar los errores del pasado y procurar no repetirlos. Es todo un desafío, que conviene abordar.
Si la vocación al final del túnel de la propuesta de cordón sanitario para con Vox (que, por ahora, tiene representación en algunos sitios, tránsfugas mediate, y en el Parlamento de Andalucía), se quiere hacer una inconsistente e inútil candidatura de país, sin objetivos, y sin explicar un para qué, que obligue a algo tan excepcional como esa realidad, se puede decir sin lugar a dudas que esa presunta candidatura de país sólo serviría para anular a alguna de sus partes, que en la actualidad, dentro de su marco de libertad, puede llevar a cabo políticas, acuerdos y negociaciones, buenos para sus electores, y para el conjunto del país al que representan. Y es que existe el caso de Compromis, donde su vinculación marital con Podemos, especialmente cara al Congreso de los Diputados, ha impedido llegar a acuerdos presupuestarios salvo con la mitad de la cámara, cuando esta ha alcanzado el poder. Si es que la oportunidad se presenta, que está por ver. Y siempre que lo permita la señorita Rottenmeyer desde Podemos. Que para algo fueron en candidatura electoral unitaria. Y eso, quieran que no, pesa. Es importante tener en cuenta la casuística, sin marcharnos a la propia realidad de la CEDA, por más que desde el punto de vista electoral, y politológico, supondría un ejercicio muy interesante y apasionante, el ir a los detalles y analizar las realidades y causas profundas de las cosas. Porque sólo así podremos descubrir como aplicar lo aprendido a actuaciones para con el futuro de la realidad en las Españas, como entidad plurinacional, que, por ahora, sigue sin reconocerse como tal a sí misma. Y ante eso sólo cabe señalar que el pequeño ha de actuar con inteligencia. Y afrontar los desafíos desde el posibilismo. Superando el dicho orteguiano de que los españoles no saben lo que les pasa y eso es lo que les pasa. Desde un pragmatismo que evite excitar innecesariamente las bajas pasiones de los votantes en una carrera enloquecida hacia la nada, vivir pegados al suelo de la realidad es muy importante. Y ante eso un baño de realismo es necesario, y hacer lo que sea posible, paso a paso, sin perder comba ni nada de lo ganado por el camino, ensanchando el acervo de lo logrado. Y en esas circunstancias, lo mejor que se puede hacer, tanto para Madrid como para Bruselas, sin humos ni efectos especiales, apostar, no sólo por quien tenga el mejor programa electoral, sino en quien lo traduzca en realidades tangibles, haciendo política. Y para eso, hay que dialogar con todas y todos. Luego, si el contenido del acuerdo es posible, puede que haya acuerdo. O no. Depende. Y ese es, hoy por hoy, el único camino realista, posibilista, pragmático, que existe, y se ha ido demostrando, para la construcción nacional, por lo menos, el el actual estado de cosas, y en el actual marco de actuación en el Congreso de los Diputados. Quien sabe, igual en unos lustros la propia Marian llegue a estas conclusiones. Desde lo alto de la cima, con elevado sentimiento aberzale, la estaremos esperando. La saludaremos cuando llegue. Abrazos.