DISPERSIÓN:
Navidades de 1.988; Alcalá Meco y Herrera de la Mancha eran dos hervideros, pero sobre los dos el que estaba a punto de estallar era Herrera; aquel cortijo de cuatro módulos repleto de presos de ETA tenía los días contados para su existencia como cárceles en las cuales reunían a los miembros de ETA, con no sé qué intenciones. Lo que sí se sabe y nadie quiere decir, es la verdad por lo que se produjo la dispersión de casi todos los presos de ETA. No sé por qué mienten descaradamente todos los partidos políticos y se calla la Izquierda Abertzale y sobre todo Otegi que entonces se encontraba conmigo en el módulo 4 de Herrera.
Para entender mejor su estructura debo especificar que por aquel entonces el colectivo de presos estaba dividido en los llamados “duros”, comandados por Iñaki De Juana Chaos, Troitiño, Kubati, Garratz, Etxaburu; y por los “blandos”, capitaneados por Zumai y Erreka y en medio los indecisos.
Herrera, era una estructura cuadrada dividida en cuatro partes y compuesta según se entraba en blandos y duros a la izquierda y en observación y preventivos a la derecha por encima de los tejados. La comunicación se realizaba en forma de notas que se lanzaban en paquetes compuestos por dos o tres pilas envueltas con la nota y celofan para poder lanzarlas por encima de los tejados.
Batzarras continuas y un enfrentamiento entre las dos partes que no tenía solución. Un continuo envío de mensajes a la Organización solicitando que parase los pies a uno u otro bando, aunque ahora veo que aquello no pasaba de las manos y el escritorio de algún abogado de las gestoras. El choque era tan brutal que se acercaba a una escisión, si aquello dura unos meses más el colectivo de presos se rompe debido a las posturas antagónicas de ambas partes. Los blandos preconizaban una estancia en prisión tranquila y admitiendo llevar una dinámica de aceptación a las normas de la Administración carcelaria y con ello acogerse a todo tipo de reducción de condena por medio de redenciones ordinarias y extraordinarias e incluso aceptar segundos y terceros grados e incluso permisos y con ello cumplir la norma de salir cuanto antes de prisión; mientras que los duros no aceptaban ninguna norma de aceptación y pedían continuar con la lucha dentro de prisión; desobediencia y enfrentamiento con los funcionarios y la Institución.
Con estos mimbres y teniendo el Gobierno español en sus manos la llave de acabar con parte del colectivo o con el mismo dividido en dos, dejando que aquello explotase; no se le ocurre otra cosa a el PSOE con Múgica Herzog ayudado por el PNV de Arzallus que poner en marcha la dispersión y dar de esa manera la razón a los duros que no cambiaron su postura, mientras que encabronaron a los blandos cambiando su fácil modo de vida por una situación dura en otras cárceles; trasladando a Nanclares a unos pocos con Zumai y Erreka.
Ocasión perdida para un triunfo cantado y una conclusión,”la de que no querían acabar con ETA” y de esa manera aprovechar unas circunstancias que les beneficiaban, según ellos. Lo que consiguieron con ello, nadie más que ellos lo saben, sin embargo, dan pábulo a la gran mentira de que de esta manera les sacaban de la vigilancia de la Organización que les controlaba, lo cual era mentira, aparte de obvio. Esta nueva situación de los presos dispersados cerró cauces de debate interno y encabronó a la mayoría de los presos y sus familiares, impidiendo cauces de acercamiento y debate de cara a una solución de exigencia de alto el fuego y negociación.
Muchos años perdidos, por vete a saber qué intereses políticos de gente sin escrúpulos.
RETORNO:
Han tenido que pasar 10 años, desde el fin de ETA, para que se entienda que la dispersión en sí no tenía sentido alguno , mas que una solución vindicativa y a la vez dañina para las familias de los presos de ETA. Algo que no solucionaba el asunto de la reinserción y la restauración del daño causado.
Se han puesto sobre la mesa, que para el acercamiento de presos, era necesario que estos presos pidieran perdón, solicitasen reisentarse, lo que prácticamente representaba rendirse totalmente y ello, exceptuando algunos pocos, no tuvo acuse de recibo, consiguiendo que el colectivo, por una u otra causa, sobre todo presión y miedo insuflado, se cerrase en banda y ello se enquistó, dando una parálisis demasiado larga, que se ha desbloqueado con la ayuda de Bildu a la formación de Gobierno y los presupuestos del Gobierno actual, dándose en contraprestación algunos movimientos de acercamiento. Ello no se ha producido por más arrepentimiento, ni más reparación del daño, ni más perdón solicitado; simple y llanamente por intereses comunes. No se ha conseguido avanzar en el reconocimiento, la restauración y sobre todo, en la reconciliación y tan sólo ha madurado un tiempo nuevo que ha obligado al Gobierno a conceder unas pequeñas migajas y a la izquierda abertzale a presentar estas medidas como un gran triunfo, sin serlo.
Para que este proyecto cumpla su fin, hará falta más valentía y menos soberbia por ambas partes. Mientras no se reconozca abiertamente el daño causado y no se solicite un perdón integral sin tapujos, por una parte y por la otra no se admita los errores cometidos y la presión excesiva aplicada, como así mismo la solicitud de perdón por el terrorismo de Estado, no habrá reconciliación, ni relato claro y veraz de los hechos y la historia quedará colgada de una pared movible. Seguiremos escupiendo hacia el cielo.
RECIBIMIENTOS
Es natural que ante el final de una condena, larga y dolorosa, quitando de en medio si era necesaria, las familias, amigos y allegados se alegren y deseen recibir con cariño a un hombre o mujer de su pueblo al que llevan casi treinta años sin ver.
Veo natural este gesto de amistad y cariño, sea un delincuente común que ha robado o ha delinquido o ha practicado el terrorismo o lucha armada. Es de ley que su gente se alegre y le reciba con euforia a sabiendas que ha pagado con creces el castigo impuesto por la sociedad.
Lo que no veo medianamente bien, ni saludable, ni correcto, es un recibimiento con pompa y boato a base de desfile entre masas enfervorecidas, con bengalas y carteles llenos de soflamas victoriosas para unos e hirientes para otros, como el recibimiento al héroe victorioso de una contienda.
No, eso no me gusta y creo que no lleva a ser saludable, ni beneficioso para una reconciliación, creo que ofende a la víctima, por una parte y poco ayuda al victimario, por la otra. El familiar que lleva acusando la desgracia de haber perdido a ese ser o que sigue destrozado por la acción realizada por este homenajeado, revive los hechos con tanto o más dolor que el día de los “hechos” y creo que al preso que llega tras sufrir su privación de libertad y tras haber querido pasar página de esos hechos , poco le beneficia que le hagan volver al inicio de su camino y sentirse lo que no es en la actualidad. No creo que nadie se vanaglorie de haber quitado la vida a otra persona o de haberla destrozado.
Creo que hay otras maneras de recibir al familiar o amigo sin parafernalias triunfalistas, pero también creo que la Izquierda Abertzale, todavía, no está preparada, como para dar este paso necesario hacia la RECONCILIACIÓN.
Joxemi Latasa Getaria, Mayo de 2021