1.-La primera razón es sanitaria.
El Informe de salud pública constata que la situación actual es significativamente mejor que la que dio lugar a la declaración de emergencia sanitaria hace dos meses. El 13 de marzo la situación epidemiológica aconsejó adoptar medidas extraordinarias y urgentes que dieran respuesta a la emergencia sanitaria en que nos encontrábamos.
El último Informe de salud pública confirma:
-el descenso mantenido de casos positivos en las últimas semanas; y
-el descenso continuo de las personas fallecidas.
Hemos superado la emergencia sanitaria, cuyo objetivo era contener la expansión de la pandemia y evitar el colapso del sistema de salud. Nos encontramos en una nueva etapa de vigilancia y control. La tendencia se ha revertido y no hay peligro de colapso en el sistema de atención sanitaria. Ante esta nueva situación, y ante las incertidumbres asociadas al otoño, el Informe de salud pública considera que julio es un periodo adecuado para la convocatoria electoral.
2.-La segunda razón es de naturaleza jurídica y legal; cumpliendo un derecho democrático fundamental, como es el de sufragio.
Euskadi tiene que celebrar Elecciones. Convocar las Elecciones responde, primero, a un derecho fundamental de la ciudadanía que hay que respetar; y, segundo, es una obligación legal que el Lehendakari debe cumplir. La legislatura ha concluido y el Parlamento Vasco está disuelto. Euskadi no tiene actividad legislativa ordinaria y las Elecciones se tienen que celebrar antes del 25 de octubre. La convocatoria es necesaria. Convocarlas no es un capricho, sino una obligación. Y un derecho de la ciudadanía. De hecho, en la reunión con los partidos políticos vascos estaban todos de acuerdo en que la celebración de Elecciones es importante. Atendiendo esta premisa, y teniendo en cuenta la menor incidencia de la pandemia en verano y el mayor riesgo en otoño, el Lehendakari ha decidido que la fecha con mayores garantías es el 12 de julio. Es cierto que estamos ante la incertidumbre de la Covid-19, pero el Lehendakari ha trasladado a la sociedad que las Elecciones se van a realizar con plenas garantías de seguridad para la salud de las personas. Esta será la prioridad en todo momento.
3.-La tercera razón es la garantía de participación.
El acuerdo de 6 de mayo en el Congreso de los Diputados establece que la vigencia del estado de alarma no es obstáculo para la celebración de Elecciones. De hecho, el Gobierno español coadyuvará a la mejor realización de las Elecciones. Además, el Departamento de Seguridad ha elaborado un “Plan de seguridad y protección” que establece las medidas y mecanismos preventivos para que toda la ciudadanía cuente con todas las garantías en el acceso al voto. El Lehendakari se comprometió, cuando fueron suspendidas las elecciones del 5 de abril, a convocarlas de nuevo solo una vez fuera levantada la Emergencia Sanitaria y una vez escuchados los partidos políticos. El Lehenkadari ha cumplido: el jueves escuchó a los partidos políticos por segunda vez y hoy ha levantado la Emergencia Sanitaria.
4.-Más fortaleza, y cuanto antes, para hacer frente a la grave crisis que nos espera.
Las Elecciones permitirán contar con un Parlamento constituido y con un nuevo Gobierno que respondan a la prioridad sanitaria y pongan en marcha la recuperación económica y del empleo. Un nuevo Parlamento y un Gobierno que puedan aprobar unos Presupuestos acordes a las prioridades del momento y que acometa todas las reformas necesarias. Al reto sanitario le acompaña el reto socio-económico. Cuanto antes contemos con todas las herramientas parlamentarias e institucionales para responder, mejor. Es necesario un Parlamento plenamente operativo y en marcha; para un País que necesita todas sus herramientas, capacidades y recursos operativos y en marcha. Dice Otegi que ahora no es hora de elecciones porque las elecciones llevan a la confrontación, y ahora lo que toca es remar juntos contra la pandemia. ¿Habla Otegi de ‘no confrontar’? ¿Y qué es lo que lleva haciendo la Izquierda Abertzale, sin que mediaran elecciones, los últimos meses, desde que reventó la ponencia de autogobierno y, de un modo muy especial, desde el derrumbe de Zaldibar? ¿Cuánta tensión y crispación política más va a ser capaz de generar Bildu en campaña que no haya generado hasta la fecha? ¿Cuánto más se va a acercar al carroñerismo político de lo que se ha acercado primero con Zaldibar y luego con el Covid-19? ¿Acaso en unas elecciones en septiembre Bildu no iba a confrontar? Ah, que en septiembre dice Otegi que sí se puede confrontar. ¿Y por qué entonces sí y ahora no? ¿Tiene una bola de cristal? ¿O es porque lo dice él y punto?
- Convocar las Elecciones en julio permite tener un Plan B; haciéndolas en septiembre no habría Plan B.
La convocatoria de Elecciones incorpora un compromiso público de evaluación de la pandemia y la situación sanitaria. El mes de julio ofrece garantías. Ahora bien, si se volvieran a reproducir las circunstancias que condujeron a dejar sin efecto la convocatoria para el 5 de abril, el compromiso del Lehendakari será volver a dejar sin efecto esta nueva convocatoria (del mismo modo que si se hubieran fijado las elecciones en septiembre, estas también habrían quedado sin efecto si la situación sanitaria no fueran buenas). Pero la diferencia es que, convocando las Elecciones en julio, si estas quedasen anuladas tendríamos una alternativa antes del 25 de octubre, cosa que no ocurriría en septiembre. Celebrando las elecciones el 12 de julio, para el 1 de septiembre Euskadi tendrá un Gobierno fuerte y un Parlamento constituido y a pleno rendimiento con los que poder hacer frente a la grave situación socioeconómica que se nos avecina; convocándolas en septiembre, es posible que no haya un Gobierno hasta noviembre o incluso diciembre, con lo que se habría perdido un tiempo precioso para afrontar la reconstrucción. Hay otro aspecto a tener en cuenta: si las elecciones hubieran sido en septiembre, se tendrían que haber convocado a finales de julio o incluso a primeros de agosto, de modo que todo el proceso electoral prácticamente habría transcurrido en agosto, con lo que esto supone en todos los sentidos, y como queda dicho no habría habido un nuevo gobierno antes de noviembre o incluso diciembre. ¿Es eso serio para un país como el nuestro, que quiere estar a la cabeza de Europa en muchos indicadores? ¿Cómo quedaríamos ante otros países?
- Feijóo ha optado por el mismo momento que Urkullu.
Tan disparatada no debe de ser la opción de julio cuando el otro presidente que también debía convocar elecciones suspendidas el 5 de abril, Núñez Feijoo, también ha optado por el 12 de julio basándose, como el Lehendakari, en informes sanitarios. Urkullu ha optado por no perpetuarse artificialmente en el cargo como le ‘sugerían’ algunos, a la vez que le llamaban ‘césar’ y ‘dictador’: no ha sucumbido a los cantos de sirena.
- La oposición en bloque se opone a las Elecciones en julio, esto solo lo quiere el PNV. ¡FALSO!
En la reunión celebrada el pasado jueves, 14 de mayo, en Gasteiz, cuatro partidos se mostraron dispuestos a celebrar las Elecciones Vascas en julio si se daban las condiciones sanitarias y democráticas necesarias. Fueron el PNV, el PSE, el PP y Equo. No es cierto, por tanto, y pese a que lo hemos escuchado y leído no pocas veces estos días, que la oposición en bloque se opone a las elecciones en julio. ¡Falso! Solo dos partidos de la oposición se han mostrado en contra, pero lo curioso es que entre ellos no se ponen de acuerdo en cuándo hacerlas. Bildu aboga de forma cerrada por septiembre, mientras que Podemos aboga por celebrarlas sin prisa, ‘sine die’, cuando todo esto haya pasado… sin importarle el precipicio legal y jurídico al que nos asomaríamos más allá del 25 de octubre.
- Esta fecha del 12 de julio obedece al interés electoralista de Urkullu y del PNV. ¡FALSO!
El principal criterio del Lehendakari a la hora de fijar la fecha electoral es el sanitario, como ya ha quedado explicado. No hay en esa decisión el más mínimo resquicio electoralista o partidista. Habría que preguntarse por qué Bildu se empeña tanto en llevar las Elecciones a septiembre, cuando la situación entonces de la pandemia arroja hoy muchísimas más dudas que la situación prevista para julio. Bildu lo que quiere es que las cifras económicas vayan empeorando, el paro creciendo, las empresas cerrando, la gente cabreándose… y así llegar a las elecciones con un Gobierno muy, muy desgastado. Poco o nada le importa perder tres meses de impulso decisivo para sacar adelante el país. ¿Y Podemos? Pues también mira a lo suyo, en su caso a tener más tiempo para consolidar y dar a conocer a una candidata que no es conocida por un amplio espectro de la ciudadanía (aunque la verdad es que cuanto más conocida es más se lo van a pensar sus hipotéticos votantes…).
- La paradoja de Bildu: no quiere elecciones en julio pero su socio, ERC, sí.
Bildu acusa a Urkullu de irresponsabilidad sanitaria y aprovechamiento político por convocar las elecciones el 12 de julio. Es paradójico que mientras la Izquierda Abertzale se revuelve contra esa fecha, su socio en Madrid, ERC, aboga cada vez más abiertamente por adelantar elecciones en Catalunya y convocarlas… ¡en julio! Y eso que la situación de la epidemia y su gestión sanitaria son a día de hoy mucho más complicadas en Catalunya que en Euskadi…
Es una más de las numerosas divergencias que están aflorando entre dos socios que de cara a la galería tratan de presentarse (sobre todo de cara a Euskadi) como una alianza inquebrantable. Pero en las dos últimas votaciones del estado de alarma, para empezar, han votado diferente… Por cierto, a ver cuánto tardan las y los que dicen que en julio no se puede votar, a hacer llamamientos para una participación masiva el 12 de julio, ya sea a través del voto por correo o de forma presencial. Aplicada a sus propias carnes la lógica que ellas y ellos le aplican al Lehendakari Urkullu, la Izquierda Abertzale, al pedir el voto a su militancia, estará poniendo en grave peligro la salud de sus militantes y votantes.
- Podemos riza el rizo.
El jueves pasado, Miren Gorrotxategi, candidata a Lehendakari de Podemos, afirmaba en Gasteiz, a la salida de la reunión con el Lehendakari, que las vascas y vascos no tenemos ahora la cabeza para elecciones ni para votaciones, que tenemos que estar a lo que hay que estar, que es combatir la pandemia, y que todo lo demás son jugarretas del PNV y de Urkullu. Menos de 24 horas más tarde, Podemos anunciaba que abría el proceso para la elección de su nuevo/a secretario/a general. ¿No era lo importante la pandemia? ¿Así que ellas y ellos no pueden esperar a renovar su ejecutiva, pero Euskadi sí tiene que esperar a poder elegir a su Lehendakari? Viva la coherencia….
- Abiertos y abiertas a una campaña coherente y responsable.
EAJ-PNV está dispuesto a estudiar con el resto de partidos políticos la posibilidad de adecuar la campaña electoral (tanto sus tiempos como sus formas) a la realidad social y sanitaria que nos rodea. Acortar la campaña, reducir y minimizar los actos públicos… Medidas de este tipo deberían ser acordadas (y respetadas) por los partidos, ya que no hay margen para modificar la ley, y esta fija claramente el inicio de la campaña oficial 16 días antes (el viernes 25 de junio a las 00:00 horas). Es preciso un compromiso sincero y firme por parte de todos los partidos. Algunos a lo mejor no están por la labor; EAJ-PNV está dispuesto a valorarlo.
- ¡No votamos mañana, sino dentro de dos meses!
Llevamos semanas oyendo en algunos ámbitos que Euskadi no está para elecciones, que tenemos que estar a combatir la pandemia. Queda dicho y argumentado que las Elecciones no son un capricho de Urkullu, sino una obligación legal y un derecho de la ciudadanía. Pero no podemos olvidar un detalle importante: nadie está llamando a las urnas mañana miércoles, ni este próximo domingo, sino en 54 días, es decir, dentro de casi dos meses. Si este fin de semana hemos tomado cañas en las terrazas; si llevamos semanas guardando colas de forma respetuosa y ordenada en el centro comercial; si ya podemos movernos por todo nuestro Territorio Histórico; si a partir del lunes próximo lunes vamos a poder juntarnos hasta 15 personas, y si los bares y restaurantes ya van a abrir sus puertas (y no solo sus terrazas); si todo eso lo podemos hacer ya, no suena descabellada la posibilidad de organizar, dentro de dos meses, unas elecciones en unos espacios acotados y con las pertinentes medidas de sanidad y seguridad. Ahora algun@s protestan: “¡Así que no se puede celebrar la Aste Nagusia pero sí se puede ir a votar!”. No voy a perder tiempo en describir las muchas y abismales diferencias que hay entre un txupinazo o un concierto al que asiste un número indeterminado e incontrolable de personas (miles) y la celebración a lo largo de toda una jornada de una elección en un espacio acotado al que asistirá un número variable pero finito de personas.