
2016-11-26, Gernika-Lumo. Iñigo Urkullu lehendakariaren zin hartze ekitaldia. Irudian Iñigo Urkullu makilarekin.
26-11-2016, Gernika-Lumo. Toma de posesión del Lehendakari Iñigo Urkullu. En la imagen Iñigo Urkullu con la makila.
Hay quien dice que quien calla jode a quien habla. Y quien dice que quien deja que hablen en tono de chillido acallando al otro, deja en evidencia a quien grita, simplemente para quedar por encima del otro, sin decir realmente nada. Pero también se dice que quien calla otorga, y quien calla frente a quien grita permite que le digan que ha sido domado. Y eso es imperdonable. Como decía Laboa hay que decir nuestras palabras, una y otra vez, para que no se pierdan, para que no se deshagan, como la nieve. Y eso es lo que creo que toca, decir las cosas claras y cristalinas. Y al pan, pan, y al vino, vino.
Cuando se dice de la empatía del Lehendakari, de Urkullu, se olvidan interesadamente de que bien podría estar muerto hace ya más de lo que algunos quieren recordar, ni más ni menos que 40 años. ¿Como es eso posible? Sencillo. Se llama, perdón, se llamaba Bar Aldana. Era algo así como un batzoki, porque los parroquianos eran mayoritariamente gente del PNV. Y el Lehendakari es de Alonsotegui. Lugar donde explotó el Bar Aldana. Con muertos y heridos. Unos hechos que nunca han sido investigados. Perdón, si, lo fueron, brevemente, y para salvar las apariencias, por un tal José Amedo Fouce, conocido por sus actividades con el GAL, y, posiblemente involucrado en la operación de liquidación de jeltzales una noche cualquiera, mediante explosivos. Donde podría haber muerto los padres del Lehendakari o el propio Iñigo Urkullu. ¿Donde está la empatía con esas víctimas?
Cuando os digan, por otra parte, Chernobyl, decidles de mi parte la palabra Prypiat. Para despistados era una ciudad privada propiedad de la Central. Central que no había realizado los papeles preceptivos ni las pruebas necesarias para el inicio de actividades. Y aún así, el reactor que explotó estaba en funcionamiento, digamos, sin las licencias ni el expediente oportuno. Dejemos de lado el asunto del AZ5, el asunto de la ausencia de la cápsula de recubrimiento del reactor, que los soviéticos eliminaron por encarecer el proyecto. Habladles de la serie, si, donde se expone que les pasó a quienes intentaron sacar a la luz la verdad. Suicidios, muertes civiles. ¿Que oposición como la que hay en el asunto de Zaldibar podía haber en la URSS? Pues eso. Y si hay que responder, si hablan de Chernobyl, habladles de Lemoiz. Del amor de la autodenominada izquierda y por añadidura abertzale (que ahora se ha dado cuenta que no hay una mayoría para la indepenencia, cuando ha despreciado toda la vida la lucha por la no dependencia liderada por el PNV) por los trabajadores a los que con cariño se les hizo explotar, sean trabajadores en la propia central o a los ingenieros. Que hablen de las formas de “convencer” a los estibadores del puerto de Bilbao para no descargar las piezas que venían por mar para la central. Que hubiera sido tan segura como las que hay en Francia. Y de esas nunca han dicho nada. Y no dicen nada de la energía que exporta Francia, generada en centrales nucelares. Son como niños. Perdón, como Homer Simpson.
Que hablen de Laudio y el amianto, que eso queda un tanto más reciente. A ver si se atreven. Y que sigan justificando el asesinato de Estacio y Palate en la T4 el 30 de diciembre de 2006. Si, para ensalzar a los asesinos no les faltó tiempo. Dos trabajadores, enterrados con vida cuando dormían en su coche, inmigrantes desde el Ecuador. Esos trabajadores no importaron, ni importan. Para ellos nunca hubo solidaridad ni recuerdo. Como por otro lado toda esa pleyade de barrenderos, cocineros, y demás profesionales, casualmente encontrados en medio de algo que les quitó la vida. Si, en este país ha pasado. Víctimas colaterales. Por estar en mal sitio. ¿Perdona? Como le ha pasado al veterano director del decano digital en Catalunya Xavier Rius en los cortes de la Meridiana en Barcelona (que se cortan con la connivencia de Guardia Urbana y Mossos d’esquadra, dejando de lado su compromiso con el órden y la ley), es un derecho cívico el del libre tránsito. Y la violencia ejercida por particulares contra particulares es un crimen. Que se lo digan a Alberto Pleguezuelos, que se escapó por pocos metros del cercano Hipercor. Salían del Parking cuando explotó. Un poco más y no habría podido hacer su canal de youtube por incomparecencia. Hoy está, en cierta manera, homenajeado en el personaje de Aitor Pleguezuelos, protagonista de Atentado la conjura de Igeldo y Burdinsare el Honor de un Berrozi.
¿Que más se puede decir? Se puede aludir, cierto es, a que en Tolosa, en un atentado sin sentido alguno (todos lo son, evidentemente, pero este, para ellos, tal vez más, porque se negaron a reconocerlo durante 35 años) se asesinó a unos trabajadores. Que iban a su empleo y ya. Muertos. Uno de ellos tenía el carnet del PNV. Luego dicen que no ha habido víctimas en el PNV. Claro. El desaparecido Alberto Carlos Rivera y de las Jons fue a Ugao, su localidad natal, y siendo la única víctima nacida en el pueblo, ni la mencionó. Por ser del PNV. Seguro. ¿Donde quedó la empatía al pueblo trabajador vasco? Hace las mismas épocas de los años 80, se cumple el triste aniversario del incidente del Monte Oiz. Murió mucha gente. Y de primeras se sospechó que fue un atentado. ¿Porque sería, verdad? Que cosas más raras se llegan a pensar de la gente que siempre respeta al trabajador y esas cosas. Pues eso, que la mentira y la hipocresía tienen las patas muy cortas. Pero hay que querer verla. Porque sino, pasa como con el oso, que puede pasar por en medio de la sala, y tu no darte ni cuenta. Cosas de la mente. Misterios. Como que una hoguera de San Juan, si, sólo una, en Usurbil, de gobierno de eHBildu, dé por lo menos diez veces más de dioxinas que el pico más alto que el de Zaldibar. Pero no pasa nada. Zaldibar que, tras dos mandatos con mayoría absoluta de estos, ahora la gobierna el PNV. Por algo será, ¿no?
Es necesario ser sincero y honesto, pero no hay que tolerar lecciones de quien nunca dio muestras de honor ni decencia. Es como aceptar una manifestación convocada por Moe (el dueño del bar favorito de Homer) sobre moralidad y buena conducta. Pues va a ser que no. Porque las cosas claras y el chocolate espeso. Y el Lehendakari y el PNV, como líder de Euzkadi, sin duda es el rival a batir. Eso está claro. Pero hay un trecho entre hacer la que en los países anglosajones se llama la muy honorable y leal oposición, y otra tirar a matar, y procurar descabalgar al “malvado” pnv, porque impide que ellos, que son los mejores, no puedan mandar, que es lo que quieren. Pues que se le va a hacer. El PNV ha demostrado sobradamente que quiere a Euzkadi, y la sociedad se lo ha devuelto en forma de votos. Sin dejar nadie atrás, sin dar nada por hecho o por seguro. Confiando en el futuro, de la mejor manera. Construyendo. Y sabiendo, como se debiera, que la sociedad de la comodidad, del bienestar, genera residuos. Que hay que tratar como merecen. En beneficio de la sociedad vasca, en beneficio de Euzkadi. Respondiendo a todas las preguntas y no dejando ninguna cuestión sin contestar. ¿Ir a la esquina diciendo “por favor no me pegues” otra vez? Nunca más. #OrgulloJeltzale