2012/11/05 por Josu Erkoreka
He pasado el fin de semana en Escocia. Aunque me he trasladado allí por una cuestión familiar, no he dejado de sondear, como podrán imaginarse los lectores de este blog, el ambiente político que se respira entre los escoceses a propósito del referéndum sobre la independencia cuya celebración en 2014 pactaron recientemente Cameron y Salmond. En la calle, apenas se percibe el debate. O, dicho más concretamente, el paisaje urbano no acusa su existencia. En Escocia -al contrario que en Euskadi- no hay un grupo político que, se dedica a “engalanar” las paredes de todas las calles y rincones del país, con pintadas, carteles, pancartas y graffitis que recuerdan a los viandantes cuál es, en cada momento, la reivindicación de moda. El debate discurre allí por un cauce más civilizado y nadie incurre en la infantil creencia de que emborronar los muros de los pueblos y ciudades con un mismo lema, reproducido hasta la saciedad, significa, indefectiblemente, que todos los ciudadanos lo comparten.
Frente a la sede del Parlamento escocés, en Edimburgo. (más…)