¿De qué se financia alguien que es más parecido a un saco de mierda que a una opción política? De la basura, naturalmente.
De la basura y de las prácticas mafiosas que precisamente denuncia el Grupo Verde en el Parlamento Europeo. No hay más que recordar las presiones sufridas por las asociaciones vecinales que se enfrentan a la imposición fascista del pelotazo corrupto de “Garbitania”, o la falacia de la “participación popular” que en el lenguaje fascista de Bildu significa nada más que reuniones informativas para aprobar por aclamación las clarividentes decisiones de Gran Timonel bildurti.