A nadie se le escapa que la figura política del Lehendakari Ibarretxe trasciende a su condición de militante de EAJ-PNV, pues hasta los mismos que no le votaron ni le votarían jamás porque para ello tendrían que introducir en la urna la papeleta del Partido por el que es candidato, ensalzan una y otra vez poniéndolo como ejemplo –sincero, en ocasiones y con evidente mala intención, las más- lo que les gustaría que fuese “el ala minoritaria del abertzalismo jeltzale”.
Otros, los que se dedicaron a manipular y tergiversar en los medios que controlan toda su etapa al frente del Ejecutivo, tiemblan de miedo ante la posibilidad de que Juan José Ibarretxe Markuartu retorne a la vida política activa, y se guardan los elogios para sí mismos.