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Cuando aún no hace 15 años la pelota a mano atravesaba, por falta de relevo generacional, una grave crisis de supervivencia, se crearon por doquier las escuelas de pelota, espejo de lo cual es la final gasteiztarra del domingo: cuatro veinteañeros, magníficos jugadores de pelota. Son, y más que lo serán, los ídolos de nuestros peques. Son los ídolos de nuestro deporte nacional. Lo que ellos hagan, aunque no tanto como en el fútbol, es el modelo para el resto de la chavalería.
Cada pueblo vende de lo que tiene. Nosotros tenemos un deporte que es espectacular y que bien presentado puede gustar en el mundo. Dicen que Azkuna quiere construir nuevas canchas en Miribilla. Que no se olvide de poner 5.000 asientos en una de ellas. Me imagino a todos lo guiris sentados observando los ágiles movimientos de M. de Irujo, Aimar y Xala. Estarían encantados. Y nosotros también. ¡Que el domingo ganen los mejores!