Se puede interpretar como una cuestión de protagonismo, de foto, incluso de celos. Dando por hecho que ETA/Batasuna y el PSOE están llamados a ser dos de las patas del banco, el PNV aspira a ser la tercera. Internamente tienen digerido que el 2006 marcará la agenda y la estructuración jurídico-política de esta país para los próximos 25 años. Quienes no participen como primeros espadas quedarán descolgados –y descabalgados-, quizás por lustros. En la historia, y más en la historia política, los acontecimientos se suceden de tal manera que quien hoy ostenta la supremacía, mañana es relegado al ostracismo; circunstancia conocida en política como «travesía del desierto».
¿Podría acusar el PNV el llamado miedo escénico?. Lo que es peor, no están los deberes hechos en un momento crucial. Imaz tendrá que limar asperezas internas y, además, necesitará algo más que la presidencia del EBB para explicar a los suyos qué es eso de ser rígidos en los principios y flexibles en la estrategia, o con otras palabras, cómo mantener intacto el mensaje abertzale y, a la vez, aspirar a liderar a Euskal Herria y, con ella, a la totalidad de la sociedad vasca, y no sólo al sector abertzale. Eso produce ciertos sarpullidos internos.
Ahora mismo son tres los ámbitos ideológico-estratégicos que, de forma desigual, concitan la adhesión de la afiliación y de los simpatizantes y marcan, a su vez, la hoja de ruta del PNV: la última ponencia política aprobada, el Nuevo Estatuto y Elkarbizitzarako Bakebideak. Hay tensión acumulada, hay todavía heridas no restañadas. Algún burukide ha comentado que los sectores discrepantes recurren a motivos ideológicos, cuando de lo que se trata es de desencuentros personales. Cuando se tilda de blanda, transversalista e, incluso, entreguista a la actual dirección, la respuesta de ésta es que «eso» es lo que se lleva hoy día, incluso en Batasuna, Y sino que se lo pregunten a Barrena, Otegi y al comunicado de ETA: “(…) hacemos un llamamiento a los ciudadanos y ciudadanas vascas para que se impliquen en este proceso y luchen por los derechos que como pueblos nos corresponden.”
Ha llegado la hora de la verdad, una vez más. Ha llegado el momento que trastocará los últimos 25 años de andadura política. Lo vivido hasta ahora afectará al subconsciente de las personas. Pero el futuro se labrará bajo otras coordenadas. Malo sería que, justo ahora, el PNV no esté en condiciones de «sentarse a la mesa» con una voz monolítica.
El 2008 le afecta al PNV de forma diferente que a Rodríguez Zapatero. El presidente español cuenta con una perspectiva electoral favorable, mientras que el presidente del EBB afronta una perspectiva electoral interna (elecciones al EBB) más complicada. ¿podría interesar a los dos, por distintas razones, un adelanto de esas citas?. A Rodríguez Zapatero, acaba de decirlo Biturie, para llegar a ellas con la resaca de la paz, y tener tiempo y condiciones para preparar la Normalización del Norte.
Imaz tiene que buscar un único referente ideológico y estratégico. Deberá consensuar con la otra mitad los puntos estratégicos del documento pactado de octubre –Elkarbizitzarako Bakebideak-, para evitar que le acusen de una interpretación sesgada y sectaria del texto. No le falta labor, no. La solución, que debe ser urgente, está en los acuerdos domésticos (transversalidad interna) para llegar al exterior con una única e incuestionada voz.