Jordi Evole fue capaz de hacer una nueva entrevista, en este caso monográfica, al personaje salido de la cárcel (nuevamente, pues no es la primera vez que la pisaba, y por otros motivos, aunque del mismo gremio) llamado Arnaldo Otegi. Seguramente nos habíamos hecho o nos habían inducido a pensar en un personaje casi en plan como nos gustaría que fuera el Otegi que saliera de la cárcel, estilo madelman, e ir haciéndolo a nuestro gusto. Y está claro que es un fracaso total, sigue siendo el mismo, y la culpa la siguen teniendo los demás. Ah, el programa tuvo una audiencia del 12’1% en el estado, un 30’1% en el País Vasco y un 29’1% en Navarra. El debate del café entre Iglesias y Rivera tuvo un 30’5% en el País Vasco.
A una entrevista se va libremente a preguntar y libremente a responder. Si, existe el asuntillo este de la edición. Si, dicen que Jordi Evole tenía previsto un programa sobre desaucios, y con un representante de la PaH de Barcelona, vertiendo unas espectaculares críticas a la gestión municipal de Ada Colau sobre el asunto ha decidido dejarlo en suspenso. Si, es cierto que Manuela Carmena desaució a los antidesaucios de una oficina que tenían en instalaciones municipales de Madrid. Pero el asunto no es ese, sino que el entrevistador podía preguntar lo que quisiera, y el entrevistado responder lo que quisiera. Y eligió hablar de su pasado. Aunque sólo un poco. Pongamos, el 10%. Y ni una coló sobre el futuro. Si el mismo empieza por no creer en el …
Sin duda la memoria ha de ser completa, sino, no es memoria. La actitud que algunos del PP tienen con respecto a la memoria de las víctimas de la guerra civil de 1936-39 y de la larga noche totalitaria del franquismo (hasta 1978, y que incluye las víctimas recogidas en “La transición sangrienta”, de víctimas de extrema derecha y parapoliciales, así como las de las izquierdas) es la que se quieren aplicar para sí algunos de HB, digo, eHBildu, cuyo bastón de mando está en Sortu, que desde hace 3 años tiene reservado el puesto de secretario general para Otegi. Por cierto, su presidente, Arraiz, estaría ultimando un acuerdo con la justicia española para asumir su sumisión a la banda terrorista y apartarse de la primera línea 2 años, con tal de no entrar en la cárcel. Siempre hubo más de una vara de medir con la autodenominada izquierda y por añadidura abertzale. Porque si, Otegi habló mucho de izquierda, pero poco del hecho nacional vasco.
Si queremos hacer memoria, hay que señalar que Otegi fue diputado en el Parlamento Vasco entre 1995 y 2005. Y que su posición respecto a Hipercor, y contra la valentía de Txema Montero sobre aquella injustificada violencia, o contra un Patxi Zabaleta (que no es el actual) montando Aralar porque aquello era una aberración (lo de Miguel Ángel Blanco, por ejemplo, y por ello les llamaron de todo, y les atacaron sus sedes con pintura roja y amarilla, y cosas peores) o el silencio vergonzante tras el vil asesinato de Fernando Buesa y su escolta. Si, Otegi estaba allí. Como estuvo en el proceso de Lizarra-Garazi, y fue incapaz de hacer nada para hacer frente a una banda terrorista que quería romper con la tregua, una tregua pensada para 4 meses y que EAJ/PNV y EA lograron durara hasta los 15 meses. No era el objetivo. Y no hacen falta las gracias. Era su deber. Callado deber. Y tampoco dijo o hizo nada cuando el 30 de diciembre de 2006 estalló la T4 con el asesinato de Estacio y Palate, dos ecuatorianos. Ha estado en dos procesos en los que su participación fue vergonzante y no precisamente buena para la paz. Que a la tercera fue la vencida? Si, esperemos, claro. Pero aún queda. Disolución y entrega de las armas. Pero, dejemos eso a la banda terrorista. Al menos en este relato.
El 4 de septiembre de 1986 yoyes fue asesinada en Ordizia en el mercado del pueblo. Kubati fue su asesino. Y hoy Kubati y otros amigos están en lo que hizo yoyes. Han llegado tarde y mal. Y es que el sufrimiento se pudo evitar y atajar antes. Mucho antes de las víctimas de un lado, y del otro, de tener que ir unos al cementerio, y otros a la cárcel de unos mil kilómetros, al norte o al sur. En 1983 se pudo haber producido una mesa por la paz, preconizada por el Lehendakari Garaikoetxea (donde está ahora …) y fue eta la que la hizo volar por los aires, con un atentado contra la sede del Banco de Vizcaya en Bilbao, asesinando a 4 trabajadores. Cuando la mesa estaba físicamente constituida, y a ella iban a asistir representantes del PNV, HB y PSE. Los mismos que en el proceso de Loiola en 2006, 23 años después. O la manifestación de 1989 por Bilbao de “paz ahora y para siempre”. Por cierto, fue el PNV el primero en hacer una manifestación pública, en Bilbao, contra la violencia terrorista, en 1978. Y hubo una contramanifestación. Por parte de HB. Suelen olvidarse muchos detalles. Y como dije, la memoria, ha de ser completa. E incluir a Montxo Doral, a Joseba Goikoetxea, a … a todas y todos. Memoria inclusiva.
A los presos les han mentido vilmente durante años. Y a sus familias también. Quien comete un crimen en tierra extranjera se somete a la ley vigente en esa tierra. Dejemos de lado el hecho de lo que pueda ser Euzkadi en un futuro. Porque ya lo dijo Ajuriaguerra en 1958, que se sabe como entra uno en la violencia, pero no como se sale. Eso lo tuvo muy claro el PNV. Siempre. Ha habido crímenes sobre suelo vasco de la banda terrorista, pero muchos sobre suelo español. Y una amnistía se hace en condiciones muy especiales. Sobre todo si eres una democracia y no una teocracia, o una democracia de baja intensidad, que hace amnistías generales el día del cordero o del cumpleaños del soberano. Y eso lo sabían quienes mandaban, abogados mediante, mantener prietas las filas. Y es que, conviene decirlo, fueron presos de la banda quienes pidieron al PNV la creación de una disgregación del poder sobre ellos de la cúpula de la banda, al estar, hasta el final de los 80, todos juntos. Otra cosa es que luego, del palo y la zanahoria, quedara solo el palo. Eso es cosa de los ministros socialistas de interior, especialmente, Barrionuevo, Mujica y Corcuera. Esos que, digamos, no limpiaron ni cal, si es que se enteraron de lo que pasaba.
En 1993 el PP hizo causa política por primera vez de la política penitenciaria. A pesar el acuerdo de ajuria enea, de la mesa. Y es que hay que leerse los documentos, incluido el punto 10, para comprender la magnitud de lo negociado. Y lo que se exponía. Hay que presumir sinceridad en la gente. Y hacer política de todo no es buena consejera. Como el hecho de no fiarse, desde las instituciones del estado, de “los vascos”. Los catalanes tienen transferidas sus prisiones. Los vascos no, y está en el estatuto de autonomía, ley orgánica del estado, de obligado cumplimiento. Así como el asunto de la Ertzaintza, policía integral, a la que, a veces, se la trató como si fuera la policía de austria en el país vasco. Y ahora se hace igual, pero con el tema del yihadismo. El terrorismo es un tema sensible y hay que tratarlo con cabeza. Y se han cometido errores, desde el lado de “los demócratas”. Hay que reconocerlos. Y no volverlos a cometer. Empezando por reconocer que lo que se consigue con las armas, se ha de defender con las armas. Si el pueblo vasco quiere algo, será su voluntad democrática quien lo logrará. Porque el conflicto, precede, con mucho, el surgimiento de la banda terrorista.
Al actual estado de cosas, muchos han contribuido. Durante mucho tiempo. Jose Luis Uriz recordaba a Enrique Curiel, que entró en la pomada en 1991, y no tanto el renombrado Jesus Eguiguren “txusito”, una década después. Y es que ya se hizo la transición del terrorismo a la política. El caso de los polimilis y Euzkadiko Ezkerra. Otegi era un polimili, que eran más sangrientos, en su última etapa, que los propios milis. Ahí están las estadísticas y la hemeroteca. Y Otegi fue de los que no asumió ese transito, esa “civilidad”, y se integró en los comandos de eta militar. Es por ello que cuando estuvo en Michelin de Vitoria-Gasteiz el Lehendakari Urkullu en fechas recientes, entre los hechos a recordar por la memoria, se encontraba un secuestro, perpreteado, entre otros, por el mismísimo Otegi. Y eso, parece ser, molesta. Pues mala suerte. Por aquellos hechos, o al menos, algunos, estuvo encarcelado, en el entorno del año 1990. Su apodo carcelario de entonces era “gordo”. Quien quiera, por la red puede encontrar los textos de un compañero suyo de entonces: txindoki.
Seguramente en el País Vasco y Navarra no encontramos en las palabras de Otegi grandes novedades en el discurso con evole. Evasivo, tiros al corner, etc y que si pudo sorprender en el estado. Hay lagunas evidentes, y con ese discurso es difícil enardecer a las masas, y mucho menos a delantan a junio será perjudicial para un posible pacto entre Podemos y eHBildu. Dejando de lado la misma mortalidad de ese pacto que el no nato de Navarra de 2007 o 2011, tanto al Gobierno Foral como al Ayuntamiento de Pamplona para el Partido Socialista, fuera de Euzkadi, es decir, de Ebro para abajo, está claro que el asunto no estará tanto en el pasado, sino en el futuro. Y la primera pregunta que hay que responder es para qué. Y luego, con quien. Y es que, estamos hablando del futuro de vascas y vascos. Con memoria. Y con derecho a decidir su futuro. No en un momento puntual, sino procesos, largos procesos de construcción de una nación, la vasca, que, como cuando el Lehendakari Leizaola, para desesperación de sus “aliados” republicanos decidió no volar las fábricas de margen izquierda porque, algún día, el pueblo vasco debería vivir de algo, y la industria siempre ha estado en nuestro ADN, se construyen no pensando en la próxima cita electoral, sino en la próxima generación. Donde se quiere situar a Euzkadi en el año 2020 o en el 2050. Y, sobre eso, sobre nuestro futuro, como colectivo, y como ciudadanos, no dijo ni una sola palabra. Otegi, en eso, ni está ni se le espera. Y es que, en el fondo, siempre han sabido, siempre ha sabido, Otegi y la autodenominada izquierda, y por añadidura abertzale, que estaban liberados para cualquier ocurrencia, pues ahí estaría el Partido Nacionalista Vasco para velar por el futuro de la nación vasca. Premiado por sus aciertos. Think Gaur Euzkadi 2020.